Por ser la última colaboración del año, habrá menos política y más mística. El 2012 es casi un cliché: el año del cambio, del fin del mundo, de la alineación planetaria. Todas las culturas hablan de cambios relevantes pero nadie los explica.

 

Según el horóscopo chino, 2012 es el año del dragón de agua. Los dragones auguran un cambio de orden, un volver a empezar.

 

Será cosa del cosmos o de la lógica pero el mundo se reconstituye. Emergen fuerzas sociales nuevas que resquebrajan las viejas estructuras.

 

En México, la economía informal, que incluye al crimen organizado es la expresión de una sociedad innovadora que a falta de oportunidades busca salidas. Ante autoridades corruptas y americanos consumidores, desarrollaron un negocio boyante capaz de retar al estado. Ahora, la acumulación de muertos transforma ya al liberal salvaje, que desarrolla una nueva consciencia del dolor de las víctimas (culpables o inocentes). Empezamos a asumir las consecuencias públicas de vivir en un estado corrupto, discrecional e la impune.

 

En Libia, Túnez y Egipto movimientos sociales espontáneos tiraron a sus dictaduras. En EUA, hay parálisis legislativa. Los republicanos complican toda intensión de Obama, mientras se multiplican las manifestaciones de jóvenes, desempleados y migrantes. En Europa, la crisis económica puso en evidencia la corrupción de las autoridades, cuyos excesos ha puesto en vilo el futuro de la Unión Europea, y su moneda. Figuras como Berlusconi o Chirac están procesados. En España expulsaron incluso a un miembro de la intocable familia real: Urdangarin, yerno del rey. Pan y circo para compensar la dramática situación económica provocada por un modelo que hoy se cuestiona. Crece el desempleo sin que se disparen las pérdidas de las grandes corporaciones. El sistema financiero mundial se tambalea, perdió credibilidad. Los gobiernos luchan por rescatar instituciones agotadas.

 

India tuvo su rebelión contra la corrupción y en China se prevé una fuerte crisis social. Las rigideces del viejo régimen político parecen insostenibles ante el desmedido crecimiento. En Japón, las consecuencias del tsunami en Japón aniquilaron a la industria de energía nuclear y replantean el cuidado al medio ambiente.

 

Los indígenas en Perú ponen un alto a la extracción impune del oro y en Chile los estudiantes hacen de la cruzada por la educación un movimiento social nacional.

 

Podemos seguir país por país, lo cierto es que el camino está trazado para que el dragón venga a terminar el trabajo. Dicen que tiene una energía enorme, y puede arrasar fulminantemente cualquier cosa que se le ponga delante. Esa energía puede canalizarse de forma constructiva solo si se esta en armonía con el entorno y sus circunstancias.

 

La energía del dragón parece encarnarse en los manifestantes del mundo que se multiplican. Las sociedades no parecen querer a seguirse haciendo de la vista gorda ante la imposibilidad de mejora. Los cuestionamientos a las autoridades brotan, pero las instituciones dieron de si. En 2012, veremos las respuestas.

 

Entre predicciones astrológicas y el simple sentido común, la transición es inevitable. Será difícil pero lleva a buen puerto. No hay que aferrarse a lo conocido porque pocas cosas estarán igual al terminar el año. Dicen que habrán grandes ascensos y grandes caídas, entre las viejas estructuras económicas, políticas y sociales, el cambio ya empezó.

 

Podemos creer o no en el horóscopo chino pero nuestra cotidianeidad coincide en todo con la llegada del dragón.

 

Feliz año!

 

@cullenaa | Fb: La caja de espejos