MADRID. La tipografía Comic Sans, inspirada en la usada en los bocadillos de los cómics, no deja indiferente a nadie: frente a la corriente que pugna por “erradicar” algo que considera “terrorismo tipográfico”, dos diseñadores franceses se han propuesto salvarla de la quema y reivindicar su lugar en el arte.
El diseñador Vincent Connare creó esta tipografía desenfadada en 1994 para Microsoft -ahora forma parte de su catálogo de fuentes oficiales- y utilizó como inspiración el tipo de letra habitual en los diálogos de los cómics de Marvel y DC.
La proliferación de su uso y su irrupción en documentos serios desató la ira de los puristas del diseño gráfico, que la consideran “muy fea”, “poco profesional” y sobreutilizada.
El movimiento Ban Comic Sans (algo así como “por la prohibición de la Comic Sans”) persigue acabar con el uso de una fuente que conciben como expresión de “tontería, ingenuidad infantil e irreverencia”.
“Apelamos al hombre común a que se subleve y se alce contra esta maldita ignorancia tipográfica. Creemos en la doctrina: prohíbe la Comic Sans. Será la salvación para todos aquellos que saben leer y escribir. Haciendo causa común para erradicar esta fuente de la faz de la Tierra nos esforzamos por asegurar que futuras generaciones se librarán de esta epidemia”, proclama su manifiesto.
En la red abundan las descalificaciones a la Comic Sans. “Cada vez que usas esta fuente, un diseñador pierde sus alas”, dice uno de los lemas del movimiento contra la tipografía.
En español, un blog “de concienciación de masas y denuncia pública de los actos de terrorismo tipográfico” se suma a esta corriente criticando el empleo de la Comic Sans en eventos públicos, como mítines políticos, y en los medios de comunicación españoles.
Tal ha sido el rechazo que ha generado la expansión de su uso en ciertos sectores, que Connare tuvo que justificar públicamente el porqué de su invento alegando que la criatura fue concebida únicamente para ser empleada con fines infantiles y no en documentos formales.
Ahora, los diseñadores franceses Florian Amoneau y Thomas Blanc se han propuesto “restituir esta tipografía en el mundo del diseño, donde se encuentra en peligro de extinción” con su proyecto “Comic Sans Project”.
La iniciativa, una “causa justa”, independiente y sin fines comerciales, consiste en convertir a Comic Sans los logos de marcas mundialmente conocidas, como la NASA, Google o la saga “Star Wars”.
“Somos los defensores de la Comic Sans. No nos dan miedo las fuentes”, aseguran en su página web.
Amoneau y Blanc han explicado en una entrevista con Efe que la tipografía es tan buena como otras y que si se utiliza bien “el resultado es muy agradable de ver”.
“En un principio, el proyecto era irónico. Pero logo tras logo nos dimos cuenta de que un uso apropiado de esta fuente podía tener efectos fantásticos. Tenemos muchos comentarios de personas que nos dicen ‘odio esta fuente profundamente, pero, maldita sea, algunos de estos logos funcionan'”, han indicado los diseñadores.
Amoneau y Blanc han reconocido que este proyecto les ha abierto los ojos y les ha llevado a utilizar la Comic Sans incluso en otros proyectos profesionales.
Probablemente el exigente mundo del diseño no readmitirá la tipografía con tanto entusiasmo, pero su existencia continuará siendo exitosa entre el público general porque seguirá protagonizando por los siglos de los siglos tarjetas de felicitación de navidad, invitaciones de boda y “power points” de gatitos lindos. (EFE)