Los observadores árabes recorren hoy los principales centros de las protestas sirias, mientras que la oposición al régimen de Damasco ha denunciado la continuación de la violencia y las trabas impuestas a la misión.
Las ciudades de Homs y Hama, en el centro, Idleb, en el norte, y Deraa, en el sur, los mayores feudos de la oposición, fueron hoy visitadas por los observadores que permanecerán en Siria un mes con opción de prorrogar su visita.
En declaraciones a la prensa en la sede de la Liga Árabe en El Cairo, el jefe de Operaciones de la misión, Adnan Isa al Jodeir, explicó que el jefe de los observadores, el general sudanés Mohamed Ahmad Mustafa al Dabi, se encuentra en Homs y recibe informes de todos los enviados desplegados en las otras ciudades.
Jodeir señaló que la delegación se desplaza con libertad por las distintas zonas, en coordinación y bajo la protección del Gobierno sirio.
En cambio, los grupos opositores acusaron al régimen de Bachar al Asad de impedir a los civiles entrar en contacto con la misión, que debe verificar el cumplimiento del plan árabe que estipula el cese de la violencia, la liberación de los detenidos en las protestas y el repliegue militar, entre otros puntos.
Según los Comités de Coordinación Local, en algunas localidades de la provincia meridional de Deraa, las fuerzas de seguridad efectuaron campañas de arrestos entre los familiares de las víctimas para evitar que hablen con los observadores.
En Hama, hay un gran despliegue policial cerca del hotel en el que se aloja la delegación de observadores, mientras que en la localidad de Saraqeb en Idleb, miles de manifestantes continúan con una sentada en la que participan heridos y familiares de los “mártires” en espera de la llegada de la misión.
Pese a la presencia de los observadores, el régimen continúa con la represión y los Comités informaron en un comunicado de la muerte de cuatro personas en distintos puntos del país.
Los disparos de las fuerzas leales a Al Asad causaron un muerto y cuatro heridos durante una manifestación en el barrio de Deir Baalba de Homs, frente a los observadores de la Liga Árabe.
También falleció un soldado, muerto por las fuerzas de seguridad cuando cumplía su servicio en Homs, y un civil en Hama.
La última víctima pereció en Al Bukamal, en Idleb, donde cientos de ciudadanos asistieron al funeral de una víctima de la represión de las fuerzas de seguridad, que derivó en una marcha para exigir la caída del régimen.
Desde que comenzaron las protestas a mediados de marzo pasado, más de 5.000 personas han muerto por la represión del régimen sirio, que acusa a grupos terroristas armados de estar detrás de las revueltas populares. (EFE)