Con la declaración de culpabilidad del narcotraficante Benjamín Arellano quedó desmantelado el cártel de los hermanos Arellano Félix, afirmó hoy la procuradora federal para la región fronteriza de California con México, Laura Duffy.
“La organización Arellano Félix ha sido efectivamente desmantelada y ya no representa un peligro para los pueblos de Estados Unidos y México”, declaró la procuradora que llevó a juicio a la mayoría de los excabecillas y antiguos lugartenientes del cártel.
Este miércoles Benjamín Arellano Félix se declaró culpable de los cargos de asociación delictuosa y lavado de dinero, con lo que evitó un juicio que le habría impuesto una condena potencial de cerca de 150 años de prisión.
Conocido con los alias “El Min”, “El 7-7”, “El Licenciado Alegría”, “El Benja” y “Licenciado Sánchez”, Benjamín Arellano enfrenta para abril una condena máxima de 25 años, pero deberá reponer a Estados Unidos unos 100 millones de dólares producto de operaciones ilícitas.
La procuradora Duffy destacó que Benjamín Arellano se convirtió en uno más de los miembros de la que fuera la mayor organización criminal de la década de los 90 y que ahora se encuentran recluidos en prisiones federales estadunidenses.
Entre otros mencionó a Arturo “El Kitty” Páez Martínez, identificado como gatillero y sentenciado en 2002; los hermanos Ismael “El Mayel” y Gilberto “El Gilillo” Higuera Guerrero, que fueron lugartenientes operativos de la organización y fueron sentenciados en 2007.
También recordó a Francisco Javier “El Tigrillo” Arellano Félix, el menor de los hermanos, condenado a cadena perpetua; y a Jesús “El Chuy” Labra, quien fuera el cerebro financiero del grupo, que purga una sentencia de 40 años.
Duffy elogió que “gracias al trabajo de procuradores estadunidenses y funcionarios mexicanos, este casi sexagenario acusado, que comenzó a purgar una sentencia en México en marzo del 2002, probablemente pase el resto de sus años tras las rejas en Estados Unidos, pagando por su papel de liderazgo en la organización Arellano Félix”.
La procuradora Duffy estimó que el desmantelamiento de la organización Arellano Félix comenzó a acelerarse a partir de 2002.
Ese año Ramón Arellano Félix pereció en un enfrentamiento en Sinaloa y el ejército mexicano localizó y arrestó a Benjamín Arellano.
En 2003, los procuradores John Ashcroft, de Estados Unidos, y Rafael Macedo de la Concha, de México, suscribieron aquí cargos grupales para todos los cabecillas y lugartenientes de la pandilla narcotraficante.
Ascroft mencionó que era la primera vez que Estados Unidos presentaba cargos por asociación delictuosa.
En 2005, fuerzas armadas mexicanas detuvieron en Tijuana a Jesús “El Chuy” Labra y más tarde a los hermanos “Mayel” y “Gilillo” Higuera Guerrero. Los tres fueron posteriormente extraditados a San Diego.
En agosto de 2006, la Guardia Costera ubicó y detuvo en alta mar en el Pacífico a Francisco Javier “El Tigrillo” Arellano Félix, y en 2011 el gobierno de México extraditó a Benjamín Arellano.
Los dichos de Duffy sobre la desarticulación del cártel coinciden con los de directores regionales de instituciones federales que han declarado que es ahora el cártel de Sinaloa, que encabeza Joaquín “El Chapo” Guzmán, el que predomina en la zona noroeste de México.
Estados Unidos solo ha liberado al mayor de los hermanos Arellano Félix, Francisco Rafael, de unos 70 años de edad, quien enfrentaba cargos menores a los de otros miembros de la organización, por intento de venta de unos 30 gramos de cocaína a un agente encubierto.