Existen cuestiones políticas y económicas que pondrán a prueba el impresionante progreso de América Latina en 2012: la economía mundial en declive, la crisis europea, la baja en la tasa de crecimiento, la influencia asiática en la región, las necesarias reformas estructurales, las elecciones en Venezuela (las cuales podrían marcar el fin del régimen de Hugo Chávez) y la capacidad de mantener la estabilidad en Brasil.

 

En el contexto internacional, tanto el estancamiento de Estados Unidos como la desaceleración e inestabilidad financiera en Europa tendrán una influencia importante en el futuro latinoamericano, el crecimiento económico de la región se reducirá a alrededor de 3,5%, a comparación del 6% del 2010 según lo plantea Michael Reid, editor de la sección the Americas en The Economist. América Latina ha logrado hacer buen uso de su política monetaria y fiscal para amortiguar los efectos negativos de la crisis, también ha logrado reducir la desigualdad existente en la región a partir de mejoras en los salarios y de políticas dirigidas hacia los más pobres, como lo plantea la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena. A pesar de ello, la situación de estabilidad macroeconómica actual plantea un desafío, dado que será necesario poner en marcha reformas estructurales que puedan cerrar las brechas aún existentes en infraestructura, educación e innovación.

 

La región también ha sido favorecida por un aumento tanto de la demanda interna como de la demanda proveniente de Asia. Según el editor de The Economist, Daniel Franklin, las economías emergentes van a comprar la mitad de las importaciones mundiales para el 2012. No obstante, esta situación hace necesario vigilar las presiones inflacionarias sobre las materias primas, sin sacrificar el crecimiento ni acelerar la entrada de capitales a cada país, como lo hace Brasil. Los desafíos son evidentes: será necesario potencializar un mayor crecimiento económico, todo ello tratando de minimizar los shocks externos causados por la economía internacional, especialmente por Europa. Además, la exposición que tiene América Latina a la fluctuación de las economías asiáticas –especialmente China– provoca que la desaceleración de dichas economías pueda traer consigo una disminución en los precios de las materias primas y por tanto una merma al crecimiento actual de la región.

 

En Brasil, el gobierno de la presidenta Dilma Rousseff se enfrentará a un difícil momento de estabilidad. Habrá un aumento de casi 14% del salario mínimo, aun cuando el crecimiento disminuye a menos de 4%. Si los inversionistas evitan los activos brasileños y esto lleva a una depreciación del real, el gobierno tendrá que decidir entre la inflación y el estancamiento económico. Rousseff tendría que fomentar una expansión del crédito interno (aunque a un ritmo más lento) y de la inversión para mantener al país, según lo plantea Michael Reid, en “Latin Amperica´s big test” en The Economist. Sin embargo, las elecciones municipales de octubre mantendrán ocupados a los políticos en sus distritos y desinteresados en impopulares reformas.

 

México se verá limitado por el lento crecimiento en los Estados Unidos, pero será impulsado por la inversión extranjera, el consumo interno, así como la campaña presidencial. Así mismo, será muy importante para el crecimiento nacional que el próximo presidente resuelva los monopolios en sectores como el de energía y telecomunicaciones.

 

En Argentina, Cristina Fernández seguirá dando prioridad al crecimiento a expensas de la inflación. Perú, Chile y Colombia crecerán a un 4-5%, impulsados por la inversión en minería e hidrocarburos. Las elecciones municipales en Chile serán muy importantes después de las protestas masivas en 2011 sobre el costo de la educación superior, mismas que revelaron la desilusión del sistema político de dos bloques que no han logrado forjar una sociedad más igualitaria, lo que podría ser un presagio de descontento similar en otras partes de la región.

 

La mayor parte de la atención de la región en 2012 se centrará en Venezuela, donde Chávez se enfrentará a una batalla electoral. La clave para ganarla estará en la división de la oposición y en la recuperación del cáncer que el actual mandatario padece para poder hacer campaña con su energía habitual. Sorprendentemente y a pesar del estancamiento económico, la inflación, la escasez, el crimen desenfrenado y la corrupción, Chávez conserva aún el apoyo de cerca de la mitad del electorado, aunque ese apoyo va disminuyendo poco a poco. Los acontecimientos en Venezuela son muy importantes para Cuba, ya que depende de Chávez para adquirir petróleo fuertemente subvencionado. Si es derrotado, Raúl Castro se verá obligado a acelerar las reformas económicas que implican la creación de un sector privado. El posible descenso de Chávez también planteará un nuevo desafío para la integración latinoamericana, así como para la gestión de los gobiernos de centro-izquierda actualmente existentes.

 

La OCDE y la CEPAL en su artículo “Perspectivas Económicas de América Latina 2012: transformación del Estado para el Desarrollo”, plantean que América Latina atraviesa por una etapa en la que se abre la oportunidad para diseñar estrategias de desarrollo a largo plazo. Los países deben enfocarse en consolidar y fortalecer sus sistemas democráticos, el Estado debe de jugar un papel fundamental para la creación de empleos, mejorar las políticas fiscales y la capacidad de administración tributaria, así como darle prioridad a la educación. Solo así, América Latina tendrá la oportunidad de mantener el progreso que ha logrado en los últimos años en este año 2012 que está por venir.

 

 

 

 

*Internacionalista, egresada de la Universidad Iberoamericana. Asistente de investigación en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. alejandraespinosamijares@gmail.com

 

 

Referencias

 

Perspectivas Económicas de América Latina 2012: Transformación del Estado para el Desarrollo, OCDE/CEPAL, 2011

 

Daniel Franklin, “The World in 2012”, The Economist, noviembre, 2011.

 

Michael Reid, “Latin America´s big tests”, The Economist, noviembre, 2011.

 

Tom Wainwright, “The empire strikes back”, The Economist, noviembre del 2011.

 

“The Brazilian Model”, The Economist, noviembre, 2011.

 

“Good tidings from the south”, The Economist, diciembre, 2011.