Después del 9/11 y bajo las órdenes del presidente Bush, los Estados Unidos redujeron el interés por Latinoamérica. Se frenó la reforma migratoria con México, se detuvo el Tratado de Libre Comercio con Colombia, las negociaciones comerciales con Brasil se congelaron y la ayuda e intercambio cultural hacia la región disminuyó. Un cambio de gobiernos de izquierda y centroizquierda en el continente sin una agenda constructiva con los EU también fomentó este distanciamiento. A su vez, México dejo de jugar el papel de interlocutor, un papel importante en la región, ya que actuaba como balanza en las discusiones regionales. La pérdida del liderazgo mexicano se debió al protagonismo personal e incapacidad de sus cancilleres que no pudieron buscar un acercamiento y contacto con sus contrapartes, en los EU y Latinoamérica.

 

Este distanciamiento fue aprovechado por Irán, que en un lapso de 10 años triplicó su comercio con la región, impulsó más de 300 tratados de cooperación educativa, científica y cooperación técnica. A su vez, el gobierno iraní lanzó una ofensiva muy agresiva para recabar información y realizar actividades de espionaje. La finalidad de esta misión era crear un respaldo político entre grupos radicales, estudiantes y miembros de la sociedad civil para crear un respaldo hacia la causa iraní y simpatía al mundo árabe. Sin embargo, el éxito de esta operación fue algo sin precedente. Los objetivos se cumplieron tan rápidamente que en 2003 ya había agentes de Irán infiltrados en Argentina y Ecuador.

 

El segundo paso fue crear bases de apoyo logístico en toda la región para las operaciones de grupos musulmanes radicales en Latinoamérica. Estas no fueron detectadas hasta que las agencias de inteligencia de los EU alertaron, insistieron y forzaron a los gobiernos a tomar acciones. Tal es el caso de México, donde sólo tras la presión de los estadunidenses se pidió al gobierno de Irán que retirara a su embajador Mohammad Hassan Ghadiri en 2010.

 

En el caso de Venezuela, que es el importador número dos de gasolina a los EU, la influencia de Teherán fue mucho mayor y el apoyo entre ambos países es total. Esto, más los constantes enfrentamientos de Hugo Chávez con EU en los foros internacionales causó que ahora el régimen de Venezuela sea visto como una amenaza en el hemisferio. El día de ayer la tensión aumentó cuando los estadunidenses decidieron expulsar a la cónsul venezolana en la ciudad de Miami por realizar actos de sabotaje y espionaje, una acusación grave.

 

Pero el daño ya esta hecho, la falta de atención por parte de los EU permitió una mayor influencia de Irán en la zona en tan sólo 10 años y la falta de visión de los gobiernos de Latinoamérica dejó crecer fuera de control la amenaza de células radicales que cuentan con el apoyo de Hezbollah. Sólo en el caso de Brasil hubo un cambio de estrategia donde la presidenta Dilma Rousseff rompió con el régimen de Irán a principios del 2011, al haber votado en contra del régimen de Teherán en Naciones Unidas por primera vez en 10 años. Brasil apoyó en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, en Ginebra, una resolución propuesta por Estados Unidos, a favor del envío de un relator especial a Irán para investigar violaciones de los derechos humanos cometidas por el gobierno de Mahmud Ahmadineyad.

 

Hace un poco más de 24 horas el presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, inició una gira por Venezuela, Nicaragua, Cuba y Ecuador, donde demostrará que en política exterior los vacíos en las relaciones diplomáticas también se llenan, y no precisamente con los mejores amigos.

 

Posdata. Los detalles de la operación de la DEA revelados por el New York Times y la Revista Eme Equis, sólo confirman la falta de descoordinación que existe en el gobierno federal y el poco cuidado que se tiene para manejar operaciones encubiertas en el país. Luego por que no quieren dar información al gobierno del Presidente Calderón. “No, no sabía el gobierno mexicano y es importante resaltar que hemos iniciado una investigación por parte de la Procuraduría General de la República para deslindar responsabilidades y en todo caso investigar si es que hubo este involucramiento”: Alejandra Sota.

 

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