Este año se elegirán 2,102 puestos de elección popular en los tres órdenes de gobierno. Nos van a bombardear con información de partidos y candidatos. En esta marejada de pseudo información es fácil perderse. Por ello, se presentan algunas sugerencias para analizar las opciones y racionalizar el voto.
Las referencias utilizadas sobre los aspirantes son datos parciales para ilustrar la sugerencia en cuestión, no pretenden dar una visión integral del político referido. El juicio sobre la actuación de cada actor dependerá de las preferencias y prioridades del elector.
1) No hacer caso de los spots: son sólo slogans con fotos alteradas. Los candidatos, en persona no son tan guapos como parecen en las imágenes, ni tan honestos y comprometidos como alegan en sus anuncios.
2) Revise los principios de cada partido, independientemente del perfil del candidato. Los candidatos elegidos no pueden alejarse demasiado de las élites de su partido. Por ejemplo, es impensable que el PAN apoye la interrupción del embarazo, aunque Josefina prometa apoyar a las mujeres.
3) Analice las alianzas de candidatos y partidos, estas reflejan, al menos, parte de sus compromisos adquiridos. Elba Esther y el panal no se aliaron con el PRI ni apoyan a Peña Nieto por generosidad, o por convicción.
4) Los discursos de campaña están llenos de generalidades y buenos deseos. Todos quieren un México en paz, con mejores empleos y bienestar social. El problema es cómo llegar ahí. La guerra no terminará en quince minutos, ni se puede erradicar la pobreza del 46.3% de los mexicanos en un sexenio. Conviene también observar qué tan incluyentes o excluyentes son las propuestas y el discurso mismo. Hay posturas de confrontación y exclusión como las que Ernesto Cordero vende a los panistas y otras más moderadas e incluyentes como el nuevo discurso del amor de AMLO. Pero no olvidemos que del dicho al hecho hay mucho trecho.
5) Sobre el pasados de los candidatos, hay que tener cuidado con el maquillaje biográfico.
a. Si el candidato fue gobernador, revise los resultados concretos: deuda, obra, y la evolución de índices de desarrollo, inseguridad e impunidad. Es más difícil construir instituciones que puentes. Peña cumplió 601 obras pero dejo una Procuraduría devastada. El número de homicidios en su entidad pasó de 1,207 en 2007 a 2,096 en 2010, y creciendo.
b. Si el candidato fue legislador, revise su liderazgos, posturas entorno a las reformas, capacidad para negociar y cumplir sus compromisos, y los posibles vínculos con escándalos de corrupción. Por ejemplo, Alejandra Barrales lideró muchas de las reformas liberales capitalinas, mantuvo excelente coordinación con el jefe de gobierno pero era criticada por incumplir sus acuerdos con la oposición. Bajo su liderazgo, hubieron varios escándalos de corrupción en la asamblea sin pruebas de su responsabilidad directa.
c. Si el aspirante era secretario de estado hay que revisar sus contribuciones. Desde gobernación, Creel no contuvo la creciente violencia y amplio las licencias a casinos. Mancera modernizó a la PGJDF, profesionalizó al SEMEFO y creó el centro de inteligencia más importante después de Plataforma México. Ante los escándalos de corrupción o abuso a derechos humanos, abrió investigaciones para revisar las fallas en vez de negarlo todo.
Estos son algunas sugerencias sobre cómo evaluar candidatos y propuestas con ejemplos básicos. Faltan muchas, si ud tienen alguna, aquí será bienvenida para mejorar nuestras decisiones.
@cullenaa