Una sonora rechifla recibió al ex gobernador Mario Marín Torres en el Centro de Convenciones durante la visita en Puebla de Enrique Peña Nieto.
El presidenciable priista no tuvo empacho en abrazar y agradecer el apoyo del góber precioso, por lo que los líderes de Nueva Alianza en la entidad, Gerardo Islas y Guillermo Aréchiga determinaron no acompañar a su candidato.
El ex mandatario poblano arribó al hotel Presidente Intercontinental para la reunión de “La unidad priista” rodeado de su séquito de seguridad que, además de impedir que los reporteros pudieran entrevistarlo, provocó tal desorden que un par de periodistas gráficos resultaron lesionados.
La presencia de Marín atrajo la atención de los medios de comunicación y de los cuadros distinguidos del partido. La consideración de Peña Nieto hacia él fue tal, que el hombre señalado como el responsable de la derrota electoral del PRI en 2010 tuvo un lugar privilegiado en la mesa de honor del presidenciable.
Horas más tarde, Marín captó la atención de los priistas en el Centro de Convenciones cuando el orador principal lo presentó ante el público: “Contamos con la presencia de los ex gobernadores Guillermo Jiménez Morales y Mario Marín Torres”.
Desde la segunda fila del presidium, Marín, embutido en una chamarra de cuero color negra, se puso de pie y saludó a sus correligionarios. La respuesta a su presencia fue dual: unos cuantos aplausos lo recibieron, pero las rechiflas desde la explanada del Centro de Convenciones hasta el salón La Luz alcanzaron al ex mandatario investigado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación por la violación de los derechos humanos de la periodista Lydia Cacho.
La inclusión de Marín Torres en la gira de Peña Nieta provocó el encono entre los líderes de Nueva Alianza. Tanto el dirigente estatal, Gerardo Islas como el precandidato al Senado, Guillermo Aréchiga, determinaron no acompañar al ex mandatario mexiquense en su primera visita a Puebla en calidad de precandidato.
Los medios de comunicación trataron en vano entrevistar a Marín Torres, sin embargo, el góber se limitó a sonreír y saludar a los reporteros. Las preguntas: “¿Cómo será su participación en la campaña de Peña Nieto?, ¿Cree que le afectará su imagen a la campaña de Peña Nieto” quedaron en el aire.
La agenda de Peña Nieto en Puebla dio inicio a las nueve de la mañana con una reunión con directores y dueños de medios de comunicación; una hora más tarde sostuvo un encuentro con líderes priistas, entre ellos legisladores, dirigentes y aspirantes al Senado, como Blanca Alcalá Ruiz, Javier López Zavala, Enrique Doger, Fernando Morales y el aún “tapado” Enrique Agüera Ibáñez, rector de la Universidad Autónoma de Puebla. La última parte de la gira fue en el Centro de Convenciones en un evento multitudinario para la toma de protesta de estructura territorial.