En el mes de noviembre de 2011, la prestigiada escuela de negocios europea, Institut Européen d’Administration des Affaires (INSEAD) dio a conocer los resultados de la medición del Índice Global de Innovación (IGI) 2011 con el propósito de conocer formas alternativas para dimensionar la riqueza de la innovación en todas las sociedades, e incluir otras variables más allá de las tradicionales medidas como el número de doctorados, el número de artículos de investigación publicados, la inversión en investigación o los centros de investigación creados.
La idea central es reconocer a la innovación como un aspecto clave en el desarrollo y con ello, incluso, motivar a la gente, especialmente a las futuras generaciones de emprendedores e innovadores.
En las últimas décadas se producen muchos cambios en el sistema económico mundial, hay un desarrollo acelerado de la informática, múltiples avances en la tecnología, en el mercado de las comunicaciones, que van también aparejados con otros cambios sociales y económicos, como las migraciones y la liberación de los mercados. Ante estos cambios, la innovación se convierte en elemento orgánico de las economías.
Los patrones de crecimiento económico derivados de la globalización y de las nuevas actividades productivas, ya no son suficientes para mantener los niveles de bienestar de la población. Es en este contexto que se hacen necesarias políticas de innovación como una alternativa para la intervención pública.
La tarea de los gobiernos será acelerar las tasas de crecimiento económico de forma compatible con un desarrollo sostenible, lo cual dependerá, en gran medida, de la aplicación de las políticas de innovación viables, no sólo para resolver los problemas presentes sino también los del futuro.
En la actualidad, la innovación no sólo va de la mano del progreso técnico o del uso de nuevas tecnologías, ya que es indispensable para el adecuado funcionamiento de todas las economías. La innovación es un proceso complejo que se puede abordar desde distintas perspectivas, se debe dejar atrás la idea de que la innovación se asocia únicamente a productos y procesos, debe verse con una perspectiva más amplia, incluso hacia aspectos no tecnológicos, vinculada a cuestiones organizativas, de mercadotecnia, recursos humanos y diseño.
De acuerdo al Manual de Oslo, elaborado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la innovación se entiende como “la introducción de un nuevo, o mejorado significativamente, producto, bien o servicio, de un proceso; de un nuevo método de comercialización o de un nuevo método organizativo, en las prácticas internas de la empresa, la organización del lugar de trabajo o de las relaciones exteriores”, así, bajo esta perspectiva, la innovación ya no se mide por la “novedad” sino por el impacto que produce.
En la Edición del Manual de Oslo 2005 se incorporan tres nuevos conceptos: primero, se elimina el índice meramente tecnológico; segundo, se incorpora la innovación en métodos y, tercero, por primera vez se incorpora la innovación en el sector público como un objetivo a desarrollar.
Según la OCDE, son varios los factores que influyen sobre la capacidad y motivación de una organización para realizar actividades innovadoras: el sistema educativo, la base científica y de investigación, las políticas de innovación, el marco legislativo, las condiciones económicas, la infraestructura, la facilidad de acceso al mercado y el funcionamiento de los mercados financieros.
Estos elementos serán determinantes en la capacidad de innovación de una economía, la innovación juega un papel relevante en el crecimiento económico de un país, ya que incide en la productividad y contribuye al crecimiento sostenible.
Bajo la perspectiva de INSEAD, la medición del IGI busca explicar la relación entre innovación, productividad y competitividad. La innovación también es considerada como uno de los factores básicos de la competitividad, junto con la estabilidad macroeconómica, el marco institucional, la infraestructura, la eficiencia del mercado laboral, la educación, el desarrollo tecnológico, el tamaño del mercado, la sofisticación de las empresas o del mercado financiero.
A partir de la propuesta que se hace se identifican cinco grandes líneas de trabajo para lograr detonar y conducir la innovación:
1.- Capacitar a las personas para innovar: Se requiere educación y formación para que las personas pongan en práctica sus capacidades de innovación.
2.- Liberar y recobrar el potencial innovador: Se debe fomentar la integración de entornos seguros para la competencia y la innovación.
3.- Crear y aplicar el conocimiento: Los gobiernos tienen la capacidad para fomentar el financiamiento a la investigación, es importante facilitar el desarrollo de las capacidades, que permita la creación y difusión del conocimiento. Aunque también la iniciativa privada debe participar en forma importante.
4.- La innovación como un recurso para hacer frente a los retos sociales y globales: Intensificar el papel de la innovación como herramienta de cooperación, reforzando los elementos de creatividad principalmente en los países en vías de desarrollo.
5.- La innovación como eje central de la acción del gobierno: Considerar la innovación como un elemento central de la acción del gobierno, con un liderazgo fuerte en los niveles políticos más altos. Animar a las altas esferas gubernamentales a promover la innovación.
En general, se tiene la percepción de que los gobiernos reconocen que para aprovechar el potencial que la innovación representa para sus ciudadanos debe: Promover la innovación, más allá de la ciencia y la tecnología, hacer énfasis en las políticas de educación y formación, adaptadas a las necesidades de las sociedades actuales, una mayor atención a la creación y al desarrollo de nuevas empresas, así como a la generación de nuevos empleos, promoción de la inversión privada, reforzar la cooperación entre investigación universitaria y empresas para crear redes para capitalizar los flujos de conocimiento y propiedad intelectual.
El Índice Global de Innovación se construye a partir de dos subíndices:
a) El subíndice de insumos de innovación, integrado por cinco factores:
• Instituciones: Entorno político, entorno regulatorio y entorno de negocios
• Capital humano e Investigación: Educación, educación terciaria, investigación y desarrollo
• Infraestructura: ICT, energía e infraestructura general
• Sofisticación del mercado: crédito, inversión, comercio y competencia
• Sofisticación del negocio: Trabajadores del conocimiento, vinculación de innovación, conocimiento de la absorción.
b) El subíndice de resultados de innovación, que se integra a partir de:
• Resultados científicos: Conocimiento de la creación, conocimiento del impacto y conocimiento de la difusión.
• Resultados creativos: Creativos intangibles y bienes y servicios creativos.
En suma, se puede decir que la innovación depende de un esfuerzo conjunto, que involucra a múltiples y diferentes actores. Los gobiernos tienen un papel muy importante, estableciendo el ambiente adecuado y las políticas necesarias para la innovación. Sociedad y ciudadanos deben buscar diferentes alternativas que ayuden a crear y a potencializar la capacidad social de innovación, en un esfuerzo común para fortalecerla y sostenerla.
Muchas historias de éxito y de mejores prácticas a nivel internacional hacen evidentes los distintos caminos para avanzar en el terreno de la innovación. Gracias a este tipo de estudios, se pueden identificar las fortalezas y debilidades que como sociedad se tienen para impulsar la innovación.
La metodología que se siguió para el reporte del IGI tiene la ventaja de ser transparente y replicable, pero para asegurar la credibilidad de todo el ejercicio, los resultados se sometieron a una auditoría en estadística realizada por el Join Research Center de la Comisión Europea.
Con este ejercicio se busca hacer una pequeña, pero concreta, contribución para mejorar el conocimiento y la comprensión del amplio fenómeno de la innovación en empresas, gobiernos y sociedades. Además de que está relacionado con otros esfuerzos hechos en esta materia, por instituciones como la OCDE.
Ahora el reto es traducir todos los resultados y el material intelectual que surge en acciones que sean adoptadas por las distintas economías globales para convertirse en un diálogo integrador en torno a la innovación.
* Estudiante de filosofía, asistente de investigación en Contorno. Centro de Prospectiva y Debate.
Fuente: The Global Innovation Index 2011, Accelerating Growth and Development, Soumitra Dutta, INSEAD.