Si con las encuestas que él mismo impulsó perdió la candidatura presidencial frente a Andrés Manuel López Obrador, con esas mismas encuestas ahora Marcelo Ebrard podría perder el control del proceso para elegir al candidato de las izquierdas en el Distrito Federal. Los visos de ruptura que se asomaron ayer en el PRD capitalino, podrían poner en riesgo el único bastión político que le queda a la izquierda mexicana.

 

El anuncio de Alejandra Barrales levantándose de la mesa de negociación y la “renuncia” del secretario de Turismo, Alejandro Rojas, anticipan un final poco terso en la selección del candidato izquierdista en la capital, donde podrían desconocerse el resultado de las encuestas si no se resuelven las denuncias sobre intentos de inducir el triunfo a favor de un precandidato.

 

Ayer Marcelo reaccionó apurado y despidió a su secretario de Turismo, luego de que éste evidenciara una supuesta “línea” del GDF a favor de Miguel Ángel Mancera, a quien calificó de “marcelista fiel que ya ganó la encuesta”. A eso se suman denuncias de 1 millón de llamadas de los call center a domicilios para posicionar al ex procurador, además de la aparición masiva de publicidad de Mancera en varias delegaciones.

 

Manuel Camacho tuvo ayer una larga comida con Barrales en un intento por evitar un desconocimiento de los resultados, pero la condición de la diputada –que al parecer ya fue aplastada por la maquinaria perredista que apoyó a Mancera– fue que se atiendan sus reclamos de irregularidades en la contienda para favorecer al ex procurador, como condición para volver a la mesa de negociación y para no desconocer los resultados.

 

Una división en la candidatura de izquierda en el DF sería letal para Marcelo Ebrard. No sólo afectaría de origen a su candidato Miguel Ángel Mancera, que todo indica será proclamado ganador de las encuestas, sino que abriría la puerta para que la disminuida fuerza del PRD, acrecentara la competencia que ya representan en las encuestas la precandidata del PRI, Beatriz Paredes, y muy probablemente la ya candidata del PAN, Isabel Miranda de Wallace.

 

Si por primera vez en 15 años, desde que Cuauhtémoc Cárdenas arrasó en la ciudad en 1997, el perredismo enfrenta una competencia real por el gobierno del DF, una fractura interna, que se expresaría en la descalificación de los resultados de la encuesta, podría significar una fuga de votos importante que podrían capitalizar los priistas, con Paredes y el llamado “efecto Peña Nieto” o los panistas con su candidata ciudadana que empieza a despertar expectativas. Sería el segundo revés para Marcelo Ebrard que podría quedarse sin la grande y sin la ciudad.

 

NOTAS INDISCRETAS… Hoy habrá definiciones en el PRI sobre sus candidatos a gobernador. En Tabasco, el entrampamiento seguía hasta anoche. Pedro Joaquín Coldwell sentó en el CEN a los enconados grupos tabasqueños en busca de una salida. Hasta el cierre de esta columna la decisión seguía entre Luis Felipe Graham, candidato del gobernador Granier, y el alcalde de Centro, Jesús Alí, candidato de la familia Neme, aunque era tal el nivel de encono hacía que ayer revivió la candidatura de Humberto Mayans como tercero en discordia, con todo el apoyo de Peña Nieto. En Morelos, se espera que hoy se anuncie al alcalde de Cuernavaca, Manuel Martínez Garrigós como candidato, aunque una equivocación del PRI podría desatar otro Tabasco en tierras morelenses. Y en Chiapas la fractura fue inevitable y tras la salida de la senadora María Elena Orantes queda claro que el pacto Enrique Peña-Elba Esther-Juan Sabines llevará al senador verde, Manuel Velasco, a ser el candidato de una alianza PRI-PVEM-PANAL… Serpiente. Otro mal tiro de los dados.

 

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