En los últimos días hemos conocido por los medios de comunicación diversas acusaciones y ataques dirigidos a los titulares de la Comisión Federal de Telecomunicaciones, Mony de Swaan, y de la Comisión Federal de Competencia, Eduardo Pérez Motta, en un claro intento por debilitar y desprestigiar a ambos funcionarios y a los organismos que representan en un año de resoluciones importantes por parte de ambas comisiones.

 

A esa conclusión se arriba después de una lectura pormenorizada sobre la sucesión de acusaciones lanzadas recientemente y que han sido reforzadas con múltiples artículos de opinión publicados en los últimos días.

 

No se trata de hacer una defensa a tientas de funcionario público alguno, sino de evaluar los hechos por sí solos a la luz de la coyuntura actual.

 

La acusación que se lanza en contra de De Swaan a partir de una nota que publicó Reuters en diciembre pasado en la que los periodistas de la agencia infieren actos de corrupción del funcionario por presuntos conflictos de interés al asignar contratos a ‘sus amigos’, ha quedado solo en el señalamiento, en una presunción lanzada y ahora retomada por la oposición en el Congreso que ha citado a los miembros del Pleno de la Cofetel. Política y mediáticamente la presunción ha resultado en socavar la credibilidad de De Swaan y Cofetel en un país en el que las sospechas están a la orden del día.

 

Sobre las recientes acusaciones de la legisladora perredista Estela Damián Peralta al presidente de la CFC sobre negligencia y omisión en la aplicación de sanciones en el mercado de la tortilla y por lo que solicitó su destitución, el asunto no amerita mayor atención periodística (por la recurrencia con la que ocurren estos eventos sin ninguna consecuencia), sin embargo la principal cadena de televisión abierta consideró el asunto de alto interés por el despliegue que ofreció a sus televidentes.

 

Hay que ser verdaderamente ingenuo para no advertir en ambos casos una intención de ciertos grupos de poder económico interesados más allá de las consideraciones sobre el buen desempeño de los funcionarios públicos que, en otras circunstancias, sería aplaudible. Pero no es el caso.

 

Cofetel y Cofeco están bajo fuerte presión por la agenda que tienen enfrente y por los poderosos intereses que afectarán si la llevan a cabo.

 

Lo que está en juego es la credibilidad del país ante el mundo.

 

 

SÍGALE LA PISTA…

1. EXPANSIÓN. La acelerada expansión local e internacional que ha visto Cinépolis en los últimos años es un caso empresarial que no pasa desapercibido. La organización con sede en Morelia y que dirige Alejandro Ramírez es ya la cuarta cadena de cines más grande del mundo y este año abrirá 350 nuevas salas de las que 200 se ubicarán fuera de México.

 

2. MORA. La morosidad de la banca española llegó al 7.51% en noviembre, más de 134 mil millones de euros, un crecimiento de casi 2 puntos porcentuales en el último año. El pronóstico es reservado pero la mayoría de analistas ya da por descontado que superará el 8% en breve ante la permanencia de las elevadas tasas de desempleo.

 

3. DEUDAS LOCALES. El negocio de la colocación y bursatilización de las deudas de estados y municipios ha sido en los últimos años -y es- uno de los más peleados y lucrativos del sector financiero. También es uno de los más opacos en materia de comisiones.

 

 

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