Al final de cuentas, los partidos políticos de la llamada “izquierda mexicana” decidieron que su candidato al gobierno del Distrito Federal será Miguel Ángel Mancera.

 

Como todos saben, Mancera habría resultado seleccionado luego de una batería de encuestas –levantada entre sábado y lunes–, en la que participaron los cinco precandidatos al GDF; Alejandra Barrales, el propio Mancera, Martí Batres, Joel Ortega y Gerardo Fernández Noroña.

 

Según la información proporcionada la tarde de ayer por representantes del DIA, el más aventajado de las encuestas resultó ser el ex procurador Miguel Ángel Macera, a quien deberá ratificar el Consejo Estatal del PRD –y lo propio tendrán que hacer el PT y Movimiento Ciudadano–, para que formalmente el señor Mancera se pueda registrar como el candidato de las izquierdas.

 

 

AMLO CUMPLIÓ SU PALABRA

Sin embargo, vale recordar que el periplo político electoral que llevó a Miguel Ángel Mancera a la candidatura del gobierno capitalino, no sólo estuvo plagado de incidentes poco claros y de abiertas irregularidades, sino que, además, existe el riesgo de que esa candidatura sea impugnada.

 

Pero vamos por partes. Primero hay que decir que la “victoria” de Mancera en la búsqueda de la candidatura al GDF, confirma lo que muchos “prohombres” de la izquierda habían negado. Es decir, que como parte del acuerdo para la candidatura presidencial entre Andrés Manuel López Obrador y Marcelo Ebrard, el primero se comprometió a dejar en manos del segundo la decisión de promover a su “preferido” o “delfín”.

 

Contra lo que muchos suponían –aquí mismo nosotros teníamos dudas de que AMLO cumpliera su palabra–, López Obrador cumplió su promesa de dejar en manos de Marcelo Ebrard la decisión de empujar al candidato al GDF. Y es que, en los últimos días de diciembre de 2011 y los primeros de 2012, López Obrador y sus leales hicieron todo lo necesario para orientar su fuerza política a favor de la candidatura del señor Mancera.

 

Así, estrategas como René Bejarano y Dolores Padierna, grupos de intelectuales y periodistas, y líderes sociales de la capital del país –todo ellos afines a AMLO-, recibieron la encomienda y/o la orden de respaldar las aspiraciones de Mancera.

 

Incluso resultó evidente, para todo el que quisiera verlo, que el lopezobradorismo, las fuerzas del PT y del Movimiento Ciudadano, parecieron haber descubierto cualidades no vistas en el señor Mancera, al grado de que en los días previos a la consulta, el ex procurador capitalino era presentado como una suerte de “mesías” prometido”.

 

En pocas palabras, que la selección de Mancera como candidato del PRD, PT y Movimiento Ciudadano al Gobierno del Distrito Federal, fue resultado de un acuerdo político, avalado por una buena parte de los grupos de poder de los tres partidos, mediante la encuesta.

 

 

EL CONTROL DE DAÑOS

Sin embargo, como fue evidente en los últimos días, no todos los grupos políticos de las llamadas fuerzas de izquierda parecen haber quedado satisfechos.

 

Ayer mismo, Alejandra Barrales dejó ver inconformidad con el resultado, pero no se atrevió a denunciar irregularidades. Pero además, es previsible que otros grupos marginados, como “Los Chuchos”, también expresen rechazo al proceso.

 

En todo caso, existe el riesgo de que la postulación de Miguel Ángel Macera se convierta en una candidatura impugnada, no sólo por las heridas que habría dejado al interior de las fuerzas políticas de izquierda, sino incluso porque durante el proceso que lo llevó a ser designado candidato, no se habrían cumplido con los estatutos del partido que hará el registro; el PRD.

 

Y es que, si bien se puede “planchar” el proceso de selección que hizo candidato a Mancera, la formalización de su cargo aún está lejos de ser un proceso terso. ¿Por qué?

 

Porque cualquiera de los pre aspirantes que resultaron derrotados, o incluso aquellos que fueron marginados, pudieran cuestionar la legalidad del proceso, lo que pondría en riesgo toda la elección para la llamada izquierda mexicana.

 

Por eso la pregunta. ¿Serán capaces los políticos de la llamada izquierda de sacar al candidato al GDF en un proceso limpio, sin impugnaciones y alejado del cochinero?

 

Por lo pronto, la selección de Mancera ya dejó dos cadáveres políticos nada despreciables.

 

El primero, es el grupo de los llamados “Chuchos”, que mantiene la hegemonía del PRD a nivel nacional y cuyo precandidato, Carlos Navarrete, debió tirar la toalla días antes de la encuesta.

 

Como se sabe, Navarrete aparecía en tercero y/o cuarto lugar de las preferencias. Sin embargo, cuando el grupo de “Los Chuchos” intentó negociar mayores espacios en el GDF con Marcelo Ebrard, el Jefe de Gobierno les habría cerrado la puerta.

 

Por esa razón, Carlos Navarrete declinó a favor de Alejandra Barrales en los días previos a la encuesta. La intención de “Los Chuchos” –al apoyar a la señora Barrales– era arrebatarle a Marcelo Ebrard el control del proceso y, como consecuencia, desbarrancar a Mancera.

 

Sin embargo, como ha quedado claro, la estrategia resultó fallida y se alzaron como ganadores, la alianza de AMLO y Marcelo, quienes apoyarán con todo al señor Mancera.

 

El segundo cadáver es el de Alejandro Rojas Díaz Durán, secretario de Turismo del DF hasta el pasado martes, cuando debió renunciar a su cargo a causa de una “imperdonable” infidencia.

 

Resulta que de gira por España, Alejandro Rojas tuvo la ocurrencia de adelantar que el ganador de la encuesta para seleccionar al candidato a Jefe de Gobierno de las izquierdas, sería Miguel Ángel Macera. La declaración no era más que la verdad absoluta.

 

Sin embargo, lo dicho por Alejandro Rojas exhibió lo que todos temían. Que la encuesta había sido una simulación, y que el ex procurador Mancera sería el candidato gracias a un acuerdo político.

 

En el fondo, el ex secretario de Turismo del DF levantó los faldones del poco claro –o nada claro– acuerdo para imponer, por la vía de las encuestas, al candidato de las izquierdas al GDF.

 

En otras palabras, que lo corrieron por decir la verdad.

 

Por lo pronto, Marcelo Ebrard se alza como el gran ganador de la contienda interna de las izquierdas, ya que logró imponer a su candidato, Miguel Ángel Mancera. ¿Será capaz de lograr un control de daños exitoso? Cara o Cruz.

 

 

¿SE ACUERDAN?

Hace 6 años todo estaba listo para la contienda electoral. El receso navideño había terminado y de los seis precandidatos presidenciales, cinco recibieron el visto bueno del IFE.

 

Como quizá algunos recuerden, el único que no consiguió la aprobación del órgano electoral fue Víctor González Torres, el famoso Dr. Simi.

 

Por otro lado, en estas fechas hace seis años, Beatriz Paredes se encontraba a la cabeza en los gastos por spots en radio y televisión. Hecho que contrasta con el bajo perfil que ha mantenido desde hace algún tiempo, en especial porque todo indica que la de Tlaxcala podría contender nuevamente por el gobierno del DF.

 

Y finalmente, al que dieron las gracias y pidieron perdón fue al ex gobernador Arturo Montiel. Y es que la PGJ del Estado de México determinó que no habría acción penal en su contra. Lástima que para estas alturas ya había renunciado a sus aspiraciones presidenciales.

 

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