Budapest. Miles de personas se manifestaron hoy en Budapest en apoyo a la política del gobierno conservador del primer ministro húngaro, Viktor Orbán, convocados por periodistas y personajes de derecha de la vida pública.
En la llamada “Marcha de Paz” participaron varias decenas de miles de personas, según la agencia MTI, que portaban velas, antorchas y banderas húngaras, para demostrar el respaldo a la política del gobierno, frente a las críticas internas e internacionales.
En la multitud había carteles que rezaban “Creemos en el gobierno”, “Viva Viktor Orbán” y “Esta es una democracia”, en alusión a las críticas hechas en las últimas semanas por la Unión Europea (UE) sobre varias leyes del gabinete que, a juicio de Bruselas, limitan la democracia en el país centroeuropeo.
Los organizadores aseguraron que “las informaciones engañosas y tendenciosas publicadas a nivel internacional han creado un ambiente que pinta nuestro país de una forma injusta y que causa cada vez más daños a la economía de nuestra patria”.
La marcha pacífica cruzó el centro de Budapest, desde la plaza de los Héroes hasta el Parlamento, llenando la avenida Andrássy.
Aunque la concentración se convocó para apoyar la política del gobierno, en ella no participó oficialmente el partido gobernante Fidesz.
Los organizadores pidieron que al final de la marcha hablara Orbán, pero éste decidió no participar, por lo que el acto finalizó con breves discursos de los organizadores para transmitir el mensaje de que “el gobierno no está solo”, tal como afirmó, Zsolt Bayer, columnista del rotativo “Magyar Hírlap”.
Con tres procedimientos sancionadores abiertos y la amenaza de perder un crédito internacional que el país necesita urgentemente, el Gobierno húngaro ha dado ya muestras de ceder y enmendar las leyes más polémicas y criticadas en Europa.
La Comisión Europea (CE) ha condicionado este préstamo, que podría ascender hasta los 20.000 millones de euros, con la enmienda de leyes como las que aumentan la influencia del Ejecutivo en el Tribunal Constitucional, la judicatura y el Banco Central. EFE