Al subir el primer escalón del Palo volador comienzo a despedirme del mundo terrenal en sólo 13 vueltas y lo hago sólo para pagar una deuda, confiesa Narciso Hernández Jiménez, presidente del Consejo para la Protección y Preservación de la ceremonia ritual de Voladores.

 

El volador con sombrero de palma, pantalón y camisa de manta blanca tiene claro que su “dios Sol” es primero que su vida, su trabajo y su familia misma, porque “cualquiera puede morir en el aire o de un simple tropezón”.

 

Con voz baja expresa que no siente miedo cuando se eleva a 18 metros de altura, al participar en una de las tradiciones con mayor abolengo de la zona norte de Veracruz, y en especial de los totonacas.

 

“Le tengo más respeto al vuelo y cada parte del rito de mis antepasados, que al avión que me llevó a Nueva York. La primera vez que subí al avión no sentí nada, pese a que todo mundo me preguntaba: ¿Estás bien? ¿No siente mareo? Yo decía: no”.

Entonces pensaban que ya estaba acostumbrado.

 

Los 400 integrantes de la asociación de Voladores han viajado al extranjero, al menos uno vez en la vida, explica Nicho, quien desde los 5 años de edad practica esta tradición ancestral. Ahora sus demás compañeros confiaron en él para dirigir el Consejo y mostrar al mundo una tradición practicada en los estados de Veracruz, Puebla, Hidalgo, San Luis Potosí, incluso en Guatemala.

 

Hace poco fue un grupo de 10 voladores fue a Israel, cuenta. En Japón, Singapur, Italia, Francia, Holanda, Alemania, España, Chile, Colombia, Nicaragua, Washington (D.C.) y otros lugares más del planeta han mostrado una práctica consideradas Patrimonio Cultural Intangible por la UNESCO en septiembre de 2009.

 

A ninguno de esos países han llevado el Palo voladora alrededor del cual giran. “En un papel les dibujamos cómo queremos el Palo, de qué material, en ocasiones simplemente llegamos a colocarlo, porque debemos hacer una ceremonia de meter al demonio en el inframundo. Eso, si nunca se nos olvida poner cada detalle”.

 

Nicho recuerda que en una visita a Ecuador les tocó colocar verticalmente el Palo. “Otros compañeros en Australia tuvieron que solicitar cuando menos la ayuda de 60 personas para cortar y cargar el Palo hasta donde se realizaría la ceremonia para dar gracias al dios Sol y en donde confluyen los cuatros elementos creadores de la vida humana”.

 

Cada presentación requiere una ceremonia previa para hacer que el mal permanezca atrapado en lo más profundo de la tierra. Consiste en poner un guajolote negro, una gallina negra y huevos, así como aguardiente del 50 elaborado con caña de azúcar y de forma artesanal.

 

Quienes participan en esta ceremonia quieren pagar al dios Sol por más de 2 mil 500 años de existencia. Cuatro personas vuelan, una canta sin parar y baila sobre una tablita de 35 centímetros en el punto más alto.

 

No cualquiera puede pararse en la cúspide. El presidente del Consejo cuenta: “miras hacia abajo y simplemente dices: ‘no’. Generalmente, cinco de cada 100 voladores puede estar más allá de lo humano o ser un maestro”, señala.

 

Estar allí se da por un don divino y desde niño se muestra esa habilidad.

 

“Volar desde lo más alto para nosotros no es una actividad de riesgo, porque nos encomendamos y nos preparamos espiritualmente. Es decir, dejamos de lado las relaciones (carnales) y todo tipo de vicio que pueda influir en nuestra persona. Son 13 días de ayuno total”.

 

Los Voladores practican una actividad de riesgo pero durante muchos años sólo llevaron a su fe como protección, ya que las compañías aseguradoras se negaban a extenderles pólizas. “No necesitamos un seguro de vida porque cuando nos toca morir, hasta tropezándonos, además con ello damos gracias al dios Sol. Cuando se solicitó por nuestra parte un seguro con las aseguradoras se negaron. Entonces, cuando los organizadores de la Cumbre Tajín contrataron un servicio de esos para el evento del solsticio de primavera se nos incluyó y se amarró nuestro seguro. La única empresa que aceptó darnos el seguro y eso muy a fuerza fue Seguros Atlas”.

 

En los últimos cinco años solo dos Voladores han muerto por una caída. Una muchacha en Puebla, que momentos antes había peleado con el novio, se distrajo al subir por las escaleras y de pronto cayó.

 

“Hace años era más recurrente ver muertos, porque no se tenía compromiso ni se hacía el rito. Por ejemplo, en los 60 murieron dos personas en Puerto Vallarta en pleno vuelo. Resulta que unieron dos postes de energía eléctrica y el viento y el peso terminaron por derribarlo a la mitad. Otros tres cayeron al agua y no sufrieron lesiones”.

 

Datos

Los organizadores de la Cumbre Tajín esperan la visita de 400 mil turistas del 17 de marzo al 21 de marzo de 2012.

Durante, los días de la Cumbre Tajín se captará una derrama de 200 millones de pesos por el consumo de servicios turísticos.

En la Cumbre Tajín participarán cerca de 5 mil artistas.