Según la BBC de Londres, la política se volvió un problema para la salud, el ejemplo más reciente es la cirugía a principios de enero de la actual mandataria de Argentina, Cristina Kirchner. Ella fue intervenida por un diagnóstico “falso positivo” de cáncer de tiroides.

 

Los últimos cuatro presidentes argentinos también sufrieron diferentes inconvenientes de salud entre los cuales figuran problemas cerebrovasculares (Carlos Menem y Fernando de La Rúa) y un paro cardíaco (Néstor Kirchner).

 

Pero la mala salud no es exclusiva de presidentes. Diferentes funcionarios y gobernantes del país también padecieron últimamente graves problemas de salud y en algunos casos tuvieron consecuencias fatales.

 

En diciembre, el subsecretario de comercio Ivan Heyn perdió la vida en lo que se cree que fue un suicidio; lo mismo sucedió días después con el cónsul argentino en Bolivia.

 

En otro episodio fue el del alcalde de Catriel (provincia de Río Negro) quien desapareció durante cuatro días, dejando a conocidos y allegados sin explicación alguna para luego aparecer y diagnosticarse que se trató de un “trastorno de ansiedad”.

 

Incluso, hace días, Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires, la más populosa de Argentina, fue internado y tratado por un cálculo renal.

 

¿Puede ser el estrés resultante de la actividad política, uno de los factores detrás de la mala salud de los políticos argentinos?

 

“El estrés es una situación de angustia frente a un estado de exigencia”, explicó a BBC Mundo el psiquiatra y psicoanalista Aníbal Villa Segura.

 

Si bien enfatizó que cada individuo es un caso diferente, la exposición y la falta de privacidad son considerados factores que elevan el nivel de estrés del político. “El estrés es una situación de angustia frente a un estado de exigencia”

 

La doctora Graciela Peyrú, psiquiatra y presidenta de la Fundación para la Salud Mental Argentina, explicó que históricamente se veía al poder político como fuente de una vida más plana, extensa y saludable (Mao Tse Tung, Fidel Castro y Juan Domingo Perón, entre otros).

 

Pero hacer política no es lo mismo en todos los tiempos. Según la doctora Peyrú, hoy en día se considera que la sociedad vive en una época más convulsionada y conflictiva donde la exposición constante del político y la falta de vida privada comprometen a la persona a un nivel de estrés mayor.

 

“La política se ha vuelto progresivamente más difícil y notablemente mas agresiva entre los políticos, y hasta entre los civiles y los políticos. No hay más reglas, todo vale, y esto puede ser que aumente mucho el estrés de los políticos”, aseguró Peyrú a BBC Mundo.

 

Según la especialista, la situación de ansiedad se puede agravar porque en Argentina hay una costumbre excesiva de “disparar sobre el político”, refiriéndose a la tendencia de criticar constantemente a las figuras públicas.

 

En septiembre de 2010, el expresidente Néstor Kirchner -conocido por su extensa y permanente actividad política- fue intervenido por una obstrucción arterial.

 

Según lo indicado en la prensa local, sus médicos le aconsejaron descansar y apartarse del escenario político por un tiempo debido a la tensión de dicha actividad. Sin embargo el exmandatario no cesó y falleció un mes después.

 

En una frase previa a su muerte mencionó: “De aquí me sacan con los pies para adelante”.

 

¿Puede estar relacionada la muerte de Kirchner a un alto nivel de estrés debido a su actividad política?

 

En pacientes con antecedentes similares, los médicos recomiendan a las personas que pasaron por intervenciones de este tipo “bajar el nivel de estrés y dejar la actividad por un período de entre quince a veinte días”, dice Ana Salvati, médica cardióloga de la Sociedad Argentina de Cardiología.

 

Desde el punto de vista cardiológico el estrés está íntimamente relacionado con las enfermedades cardiovasculares. La exposición permanente demandada por la actividad pública representa un factor de riesgo importante.