Para Ernesto Cordero ninguna de las encuestas a población abierta que lo siguen ubicando en el tercer lugar de la contienda panista tiene validez. “Ninguna encuesta interna describe lo que realmente está pasando dentro del proceso, porque no pueden encuestar al padrón de un millón 300 mil panistas que pueden votar. La opinión adentro no es la misma que afuera”, sostiene el ex secretario de Hacienda que se dice seguro de ganar el próximo 5 de julio.
Según las cuentas de Cordero y sus estrategas, del total del padrón panista sólo están en activo unos 900 mil militantes; de esos, estiman que votarán máximo unos 500 mil el próximo 5 de febrero. Las estimaciones internas de los corderistas, con base a su promoción y al acercamiento con militantes que han realizado por todo el país, es que ellos cuentan con 300 mil votos, lo que, de lograrlo, les garantizaría un triunfo en una primera vuelta el 5 de febrero.
Para que un candidato gane en la primera vuelta, según las normas panistas, se requiere que logre 50% más 1 de la votación total o, en su defecto, que gane al menos con 37% de los votos emitidos, siempre y cuando la diferencia con el segundo lugar sea mayor a 7 puntos. Si no se da ninguno de esos supuestos, automáticamente se van a una segunda vuelta en la que el primero y el segundo lugar se vuelven a enfrentar mientras el tercer lugar queda eliminado, ya sea que retire o que decline a favor de uno de los dos que irán a la nueva contienda.
Las cuentas alegres en el equipo de Cordero reconocen sin embargo que tienen un grave problema: la credibilidad. Un triunfo de su candidato, sea en primera o en segunda vuelta, con la percepción que han generado las encuestas abiertas, puede resultar poco creíble. Ese es su reto.
En pocas palabras, si las cuentas y las cifras que maneja Cordero son reales y, como afirma, su estrategia ha sido más intensa al interior del PAN mientras que Vázquez Mota hace campaña mediática, su problema no sería ganarle a Josefina, sino hacer creíble un triunfo que sería puesto en duda por la percepción que se tiene precisamente al exterior del panismo. Hace poco a Cordero se le escuchó decir: “Yo soy igual que Calderón en 2006, he venido de atrás, me concentré en lograr votos de los panistas y voy a ganar, a derrotar a la favorita en las encuestas”.
Eso ya se verá, pero por lo pronto, aún con toda su cercanía con el presidente Calderón, Ernesto tiene al menos dos diferencias fundamentales: Calderón fue en su momento el candidato rebelde; mientras Cordero es visto como el “candidato oficial”; y en aquel 2006 Santiago Creel cometió todos los errores posibles y su campaña iba a pique; la campaña de Vázquez Mota no se ha caído y, al menos en la percepción, sigue adelante.
NOTAS INDISCRETAS…Un gran número de diputados han pedido que les revisen sus oficinas ante el temor de haber sido espiados. Gobernación se deslindo rápido y condenó el espionaje; el CISEN no ha dicho nada y la PGR ofrece investigar ¿Saldrán las conversaciones grabadas?..Que a Alejandra Barrales le ofrecieron una senaduría por el DF para que ya deje el berrinche y le levante el brazo a Mancera. Tal vez acepte la senaduría pero de Mancera, dicen, no quiere saber nada…¿Qué dirá Alfonso Durazo de lo que afirman en Chiapas, que el ex gobernador Pablo Salazar le pagó, con cargo al erario chiapaneco, un viaje por varios países con todo y su familia? El viaje, dicen, se realizó en julio de 2004 e incluyó varios destinos internacionales, justo después de que Durazo le renunció a Fox con una carta en la que hablaba pestes de Martita Sahagún ¿Por qué lo mandó Salazar a relajarse?…Se lanzan los dados. Apostamos por Escalera.
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