A finales del año pasado, después de los intensos diálogos del presidente de la República con la sociedad civil -particularmente con Javier Sicilia- el general Galván, secretario de la Defensa de la Nacional, tuvo una reunión importante con los principales mandos del país.

 

Fueron convocados todos los generales retirados que actualmente están a cargo de la seguridad pública en distintos estados de la República, así como con los generales en activo en donde tiene el Ejército operativos.

 

Fueron alrededor de 50 mandos los que se apersonaron en la Secretaría de la Defensa ese día. No participaron ni Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública Federal, ni Marisela Morales, procuradora general de la República.

 

Les mostró el mapa geodelictivo del país. Indicó los focos rojos. En el sur, Veracruz, Guerrero, Oaxaca. En el norte, Chihuahua, Tamaulipas y Nuevo León.

 

Indicó que habían logrado reducir las alertas máximas en Sonora, Sinaloa y Michoacán.

 

Y alertó sobre otros estados en riesgo de convertirse en focos rojos: Chiapas y Quintana Roo. O se controlan bien, les dijo, o se nos van de las manos. El más preocupante de éstos, agregó, era Chiapas por el riesgo de una contaminación hacia Guatemala.

 

Según narran algunos de los asistentes, el general Galván se mostraba sereno, muy en su papel de militar; amigo de todos y muy seguro.

 

Dos fueron las órdenes centrales que Galván emitió ese día:

 

La primera: No más muertos de la sociedad civil, ni de policías de los estados.

 

La segunda, darles apoyo -logístico y geográfico-, a militares y marinos.

 

Expuesto lo anterior, el general secretario pidió que le hicieran preguntas de las dudas que tuvieran.

 

Los que más preguntaron fueron los que ocupan cargos de secretarios de Seguridad Pública. Uno de ellos interrogó hasta dónde llegaban sus alcances al presentar detenidos ante la Procuraduría General de la República, porque luego los volvían a soltar.

 

Galván respondió que debían seguir con el trabajo y reportando a la Defensa cada caso. Ya él vería en la PGR por qué estaban soltando a la gente.

 

Otra fue cómo le iban a hacer para evitar muertes de policías locales y de civiles.

 

El general secretario contestó que tendrían que cuidar el poner en peligro a los policías locales (bajo su mando) así como evitar cualquier enfrentamiento que pudiera poner en peligro a miembros de la sociedad civil. Y esto, precisó, aun a costa de que huyeran los perseguidos.

 

Contengamos la situación hasta donde su pueda, insistió; pero no quiero más muertos de civiles ni de policías.

 

GEMAS: Bueno, bueno…, este regalito lleva dedicatoria de Marcelo Ebrard para Alejandra Barrales: ¡una senaduría! Además le envió tantas flores que dijo que ella, sí, la Barrales, sería capaz de ganarles a la candidata del PRI y a la del PAN.

 

Ajá. ¿Juntas o separadas? ¿En un debate o en elecciones?

 

Lástima, agreguemos, que Alejandra no hubiera tenido la categoría para aceptar su derrota en el momento indicado. Nos perdimos de otra elegante imagen como la que nos otorgó Ebrard ante López Obrador.

 

Ni modo, no se le pueden pedir peras al olmo.

 

***

 

¡Chulada! ¡Veinticinco diputado federales del PRI y un senador del PAN! pidieron ayer licencia para dejar sus curules.

 

 

martha.anaya@24-horas.mx | @marthaanaya