NUEVA YORK. El gobierno del presidente Barack Obama destacó ayer que no antepondrá la lucha por el Dream Act a la lucha a favor de una reforma migratoria integral, ya que ésta última es el objetivo de una administración que por ahora “hace lo que puede” en ambos frentes.

 

Representantes de la Casa Blanca dijeron a periodistas de medios hispanos que el gobierno actúa con muy poca libertad de movimiento debido a la oposición republicana a una reforma que resuelva la situación de 11 millones de inmigrantes no autorizados a residir en Estados Unidos.

 

Tanto la reforma migratoria como el Dream Act son propuestas de vital importancia en las que se va a luchar para lograr avances, dijo Cecilia Muñoz, directora del Consejo de Política Doméstica de la Casa Blanca.

 

“Nuestros planes siguen siendo los mismos”, dijo la funcionaria hispana. “Estamos haciendo el mejor trabajo posible para implementar las leyes que tenemos ahora, entendiendo que existe una ley (migratoria) que no funciona”.

 

En su discurso sobre el Estado de la Nación, pronunciado el martes, Obama exhortó al Congreso a aprobar en 2012 el Dream Act en caso de que un año electoral dificulte abordar una reforma migratoria integral.

 

El Dream Act permitiría un camino a la naturalización de los hijos de inmigrantes que viven en Estados Unidos sin papeles si éstos terminan sus estudios universitarios o sirven en las fuerzas armadas.

 

“Envíenme una ley que les dé la oportunidad de ganarse su naturalización (estadounidense). La firmaré de inmediato”, dijo Obama.

 

Aún así, Muñoz destacó el miércoles que el presidente no renunciará a lograr una reforma integral con la que “está totalmente comprometido”.

 

Informó que el gobierno está enfocado en la actualidad en trabajar con organizaciones y activistas de forma constante para impulsar una campaña que lleve a la reforma migratoria a ser discutida en el Congreso.

 

Varios cambios administrativos como la revisión de miles casos de deportación pendientes o el hecho de agilizar trámites para que ciudadanos estadounidenses gestionen visados a parientes han sido clave, dijo Muñoz.

 

“Esto último no ofrece muchas avenidas para lograr grandes cambios administrativos, pero continuamos haciendo lo que podemos, dentro de los límites de una ley (migratoria) poco efectiva, y seguimos enfocados en intentar arreglarla en colaboración con el Congreso”, destacó.

 

Muchos legisladores republicanos se oponen a la aprobación de una reforma migratoria y del Dream Act porque los consideran amnistías para inmigrantes que entraron en Estados Unidos violando la ley.

 

Durante un debate de precandidatos presidenciales republicanos esta semana, Mitt Romney y Newt Gingrich se mostraron a favor de que el Dream Act beneficiara solamente a jóvenes que presten servicio en las fuerzas armadas, pero que excluya a quienes cursarían estudios universitarios.

 

Muñoz no se posicionó de forma clara respecto a esa posibilidad pero tampoco cerró la puerta.

 

“Obama espera que el Dream Act pueda aprobarse pronto”, dijo. “El presidente tiene ganas de tener una conversación en el Congreso con cualquiera que quiera tener una conversación sobre el asunto”, señaló.

 

Durante la llamada con periodistas, los funcionarios de la Casa Blanca destacaron también el compromiso de Obama para impulsar el sector manufacturero que emplea miles de hispanos.

 

El gobierno espera ofrecer incentivos fiscales para que las empresas se instalen en zonas donde domina el desempleo y ampliar los recortes fiscales al impuesto de la seguridad social. La maniobra beneficiaría a 25 millones de trabajadores hispanos, dijeron los funcionarios. (AP)