En el lenguaje está el origen del rating, si un país cabe en él, lo mejor es no hablar de malas noticias.
En efecto, las agendas de la política mexicana se producen desde los centros de modelaje demoscópico o, si se prefiere, las variables de medición histriónica las diseñan los encuestólogos buscando reacciones absurdas de los políticos. En pocas palabras, la cultura del absurdo se adhiere al espectáculo político.
Todo sería divertido por fantástico, sin embargo, poco se ha hablado de los efectos de la crisis europea en México, y algo peor, nada se habla de los cambios de hábitos que se producirán durante los próximos diez años en el viejo continente.
Para muestra nada mejor que la realidad de los países europeos y emergentes:
1. El banco central de Tailandia decidió reducir el costo del dinero en medio punto para situarse en 3%.
2. India reduce los porcentajes de reserva exigidos a la banca (de 6% al 5.5%).
3. Brasil, China y Rusia también han bajado las tasas de los bonos públicos.
4. El presidente español decidió ir más lejos, en materia de déficit público, de las propuestas emanadas de la Comisión Europea. Rajoy desea déficit cero después del 2020. En 2011 fue de 8.2%, en 2012 se pronostica que baje a un 6.8% y así sucesivamente hasta llegar a cero. En pocas palabras, el gobierno español, después de 2020 no podrá deber un solo euro de su presupuesto. La pregunta (keynesiana) es: ¿a qué costo social?
5. Un informe del Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, por sus siglas en inglés y se trata de una asociación que agrupa a los principales bancos privados del mundo) señala que las estimaciones sobre la entrada neta de flujos de capitales a los países emergentes durante 2011 (958,000 millones de dólares) equivale a 13.5% menos que en 2010 y en 2012 será de 17.6% la caída respecto a 2011 (789,000 millones de dólares).
6. Merkel no cree en las autoridades helenas por lo que promueve la existencia de un comisario que, desde Bruselas, gobierne las finanzas de Grecia. (¿Qué diría Porfirio Muñoz Ledo y los héroes de la soberanía?) La condonación del 50% de su deuda no ha logrado sortear la negociación bancaria pues, ¡eureka! los principales dueños de la deuda son Alemania y Francia.
Resulta implacable el modelo Rajoy: frente al sobreendeudamiento, austeridad total, ceteris paribus (todo lo demás constante). Pero más allá de los modelos económicos se encuentra el dinamismo de la realidad y, en este momento, la recesión ha dejado de ser parte de un análisis prospectivo. Si Rajoy se llevó las manos a la cabeza con el 8.2% de déficit que le dejó Zapatero, lo primero que pensó fue reducir el gasto durante el presente año con tal de llegar al 4.4% lo que significa un recorte de 40 mil millones de euros (cuatro puntos porcentuales del PIB español). ¿Cómo recortar tal cantidad? Con 5.2 millones de desempleados la decisión resultó temeraria.
La disminución del costo del dinero alienta la caída de ahorro y el incremento en la inversión. El problema es la inercia en la caída de la producción por más de dos periodos, es decir, el problema es la recesión. Proyectarla a corto plazo significa inyectar temor en el interior de los hogares por lo que las familias no atenderán la disminución de las tasas. Preferirán ahorrar a pesar del bajo premio que les dará el banco; esto provocará acumulación en inventarios industriales, y finalmente caída en la producción. Más recesión.
Las agencias de publicidad tendrán que hacer milagros para regresar la fe a las familias. Krugman recomienda forzar inflación a través de la disminución de los sueldos. No se equivoca. En pocas palabras propone romper la burbuja del soñador que, desde un camastro de la rivera maya, observa su rating en las encuestas.
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