¨Hay que cerrar filas con el ganador(a) del PAN¨, declaró anoche el presidente Felipe Calderón y sus palabras fueron el sello que confirmó lo que ya para entonces era un triunfo abrumador de Josefina Vázquez Mota en la elección interna del PAN. Calderón sepultaba así a quien fue visto como su delfín, Ernesto Cordero, y desactivaba cualquier intento de rebelión o desconocimiento de los resultados adversos para el ex titular de Hacienda.

 

De hecho, tras el mensaje presidencial se desmanteló todo un operativo en el cuartel corderista que pretendía festejar, como si fuera un triunfo para su candidato, un resultado mucho más cerrado –de 3 a 4 puntos decían sus conteos internos hasta las 7 de la noche— y con ello la posibilidad de una segunda vuelta en la que, se decían seguros, ganaría Codero. Pero nada de eso pasó, conforme luyeron los resultados y vino la declaración de Calderón fue evidente que Ernesto ya no apareció más y se diluyó todo su plan.

 

Y mientras entre los corderistas cundía el desánimo y había incluso los cercanos de Ernesto que bajaron los brazos desde antes de las votaciones y ayer se les veía ya resignados ante la derrota, en el cuartel de Vázquez Mota todo era festejo y jolgorio y una evidente cargada azul se aparecía en la emblemática casa de la Colonia del Valle, donde pasadas de las 8 de la noche comenzó el festejo.

 

Desde Los Pinos Calderón aceleró las exequias de su delfín y se apresuró a proclamar la unidad con la candidata del PAN. Quedó así confirmado que, contra lo que muchos pensaron, el presidente jugó abierto en esta elección y, si bien sentimentalmente tenía sus afectos puestos en Cordero, nunca se casó con la idea de que sólo él ganara la candidatura y se mantuvo siempre abierto y con guiños hacia Josefina que, al final, por el arte del pragmatismo, se convirtió en su candidata.

 

Calderón dio así un rápido salto que ya tenía ensayado y se colocó del lado de los ganadores, sacudiéndose rápidamente al ahora incómodo delfín. Su llamado a ¨cerrar filas¨ con Vázquez Mota es también a cerrar rápidamente las cochinadas e irregularidades que se vieron en el PAN en las últimas semanas de contienda y el mismo día de a elección: desde compra de votos, hasta reparto de despensas, espionaje telefónico, acarreo de votantes y demás lindezas en el PAN al estilo del PRI que tanto detestan.

 

Así que “aquí no ha pasado nada” y que “viva la candidata Vázquez Mota”, gritan los panistas encabezados por su jefe político, aunque falta ver cómo actúan los más cercanos a Cordero que no quieren saber nada de Josefina. En todo caso dos cosas quedan claras de la elección que ayer terminó de manera contundente en el PAN: el pragmatismo del presidente que se acomoda rápidamente al ganador; y lo pragmáticos que se han vuelto también los panistas que ha hecho suya la política del “haiga sido como haiga sido” y ya no se espantan de irregularidades y malas prácticas en sus procesos internos.

 

NOTAS INDISCRETAS… No fue uno, fueron varios los corderistas de primer nivel a los que ayer ya se les veía, desde temprano, derrotados. Para la tarde, cuando ya las cifras comenzaban a dar forma al triunfo de Vázquez Mota, a varios de los cercanos a Cordero ya ni se les veía inmutarse y se quedaban cruzados de brazos. ¿Será que ya habían perdido desde antes la fe en su candidato?… El apoyo de Cuauhtémoc Cárdenas a López Obrador, ese que dice que se da “por convicción” tuvo sus costos: senaduría para Lázaro Cárdenas Batel, entre otras cosas… Los dados no respetan el puente. Serpiente.