La lucha por la candidatura presidencial del PAN ocurrió en medio de descalificaciones y acusaciones, pero es el sector de ultraderecha, el ultraconservador, el que ganó todo y el que se ubica entre los tres precandidatos. Apostó por los tres.

Josefina Vázquez Mota, Ernesto Cordero y Santiago Creel fueron seguidos por la cúpula panista caracterizada por ser la ultraderecha del partido.

Vázquez Mota trae el apoyo del gobernador de Jalisco, Emilio González Márquez y del gobernante de Morelos, Marco Adame, dos de las figuras insignes del sector más duro del blanquiazul, identificados incluso como yunquistas.

Cuenta además con un amplio apoyo empresarial y gente que se caracterizó por ser muy cercana al presidente Felipe Calderón: Roberto Gil Zuarth, Juan Marcos Gutiérrez, Francisco Ramírez Acuña y Jorge Manzanera, entre otros.

Cordero, cuyo músculo que presentó al inicio de la contienda no sirvió de gran cosa al final, fue apoyado por los gobernadores de Sonora, Guillermo Padrés; Baja California, José Guadalupe Osuna; Guanajuato, Juan Manuel Oliva; Baja California Sur, Marcos Covarrubias, considerados de los mayores ultraderechistas del partido.

Tenía además al alcalde de Monterrey, Fernando Larrazábal; el ex secretario de la Función Pública, Salvador Vega Casillas, y el titular de la Comisión Nacional del Agua, José Luis Luege. A la ex secretaria de Energía, Georgina Kessel; el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, además del equipo cercano al presidente Felipe Calderón: Juan Ignacio Zavala, Mariana Gómez del Campo, Max Cortázar, Rogelio Carbajal, César Nava, Ulises Ramírez, Gabriela Cuevas y Luisa María Calderón.

En el propio Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN, que dirige Gustavo Madero, se les identifica como un grupo de la ultraderecha panista. En éste converge Cecilia Romero, quien es la secretaria general y caracterizada por públicamente manifestarse en contra de temas como el aborto, religiosamente católica. También está José Espina, quien es hoy el presidente de la Comisión Nacional de Elecciones.

El mismo Creel tiene en su equipo a Humberto Aguilar Coronado, un panista identificado con la ultraderecha del organismo político.

El intento y fracaso en el PAN por tener una candidatura de unidad concluyó con la división de una sola corriente dentro del organismo, que es la que hoy tiene el control en todos los equipos: la ultraderecha.