El primer ministro de Rumanía, el conservador Emil Boc, anunció ayer en Bucarest su dimisión en un discurso ante el gabinete de Gobierno, tras las fuertes protestas registradas contra su política de austeridad.

 

“He tomado la decisión de presentar mi dimisión para distender la situación política y social del país, pero también para no perder lo que los rumanos han ganado: la estabilidad económica”, aseveró Boc ante sus ministros, en un discurso retransmitido por televisión.

 

Rumanía, un país duramente golpeado por la crisis económica, vivió en la segunda quincena del pasado mes de enero violentas manifestaciones contra los duros recortes del Gobierno.

 

Las manifestaciones habían pedido la dimisión de Boc y del presidente Traian Basescu, a quien acusan de autoritarismo.

 

La coalición opositora entre el Partido Social Demócrata (PSD) y el Partido Nacional Liberal (PNL) celebraron esta dimisión y exigieron elecciones anticipadas y la dimisión de Basescu.

 

Percibido en Rumanía como una “marioneta” del presidente, Boc defendió ayer una vez más su política de ahorro, que a su juicio “han salvado el país del colapso económico”.

 

“He tomado decisiones muy difíciles, pensando en el futuro de Rumanía, no porque he querido, sino porque ha sido necesario”, aseguró el político conservador.

 

Tras su marcha, el presidente deberá ahora nombrar un nuevo primer ministro, que deberá ser refrendado por un Parlamento dominado por la coalición de centro-derecha que gobierna el país.

 

La dimisión de Boc se produce tras la más reciente visita de evaluación a Bucarest del Fondo Monetario Internacional (FMI), con el que Rumanía firmó dos acuerdos de crédito y aplicó una de las políticas de austeridad más duras del continente.

 

En un comunicado del domingo, el FMI aplaudió de nuevo el programa de reformas del Gobierno de Boc, que sin embargo ha afectado al nivel de vida de los rumanos y ha provocado las protestas que le han costado ahora el cargo.

 

En sustitución de Boc, el presidente rumano propuso al hasta ahora jefe del Servicio de Información Exterior (SIE) rumano, Mihai Razvan Ungureanu, como nuevo primer ministro.

 

Ungureanu, de 43 años y sin afiliación política, deberá ahora formar un nuevo gabinete y buscar el apoyo del Parlamento, dominado hasta ahora por las formaciones de la coalición gubernamental de centro derecha.

 

Diplomático y profesor, Ungureanu se ha declarado “de derechas” durante su designación para el cargo de primer ministro y ha pedido el apoyo al Parlamento.

 

“La prioridad número uno es el esfuerzo por restablecer progresivamente el nivel de vida de los rumanos, que han soportado con dificultad la factura de los procesos de reequilibrio macroeconómico”, declaró en su comparecencia pública el presidente Basescu.

 

Sin embargo, los opositores partidos socialdemócrata y liberal anunciaron que solo aceptan la dimisión de Basescu y la convocatoria de elecciones anticipadas, y que rechazarán cualquier propuesta del presidente.

 

Basescu ha pedido a Ungureanu que continúe con las drásticas reformas que han traído la estabilidad económica al país según el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Europea (CE), pero que también han afectado al nivel de vida de los rumanos y han provocado un amplio malestar social en el país. (EFE)