Alrededor de 20 personas,  entre ellas jóvenes amas de casa compraron fusiles de asalto en armerías de Texas, fueron acusadas de participar en una presunta red de contrabando de armas para los cárteles de la droga en México, dijeron autoridades federales el miércoles.

 

Se decomisaron más de 200 armas, incluso fusiles automáticos AK-47 y para francotirador.

 

Muchas están acusadas de ser compradores falsos, es decir, personas sin antecedentes penales que compran legítimamente armas de un vendedor con licencia y seguidamente entregan las armas a contrabandistas.

 

La operación  “Rápido y Furiso” se convirtió en un escándalo cuando la Oficina para el Control de Bebidas Alcohólicas, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus iniciales en inglés) le perdió a pista a miles de armas, dos de las cuales estuvieron más adelante en un tiroteo en Arizona en el que un agente fronterizo estadounidense resultó muerto.

 

Fiscales federales se negaron a decir si alguno de los vendedores de armas con licencia en el caso estaba bajo investigación. Keith Edwards, de 23 años y Rick González, de 22, fueron sentenciados a más de tres años de prisión cada uno por comprar armas para los contrabandistas.

 

Uno de los contrabandistas y líder de la red, Edward Levar Davis, de 34 años, fue sentenciado a 14 años de prisión, la condena más larga hasta ahora.

 

Las armas confiscadas cuestan entre 800 y mil 400 dólares, lo que haría el valor total de las armas confiscadas al menos 160 mil dólares.

 

Según los primeros reportes, a la mayoría  de los acusados se les pagó alrededor de 100 dólares por cada compra, dijeron los agentes federales.

 

(Con información de AP)