En el marco del 99 aniversario de la Marcha de la Lealtad, el Secretario de la Defensa Nacional, Guillermo Galván Galván reconoció que la seguridad interior del país se encuentra “seriamente amenazada”.

 

Indicó que la “interferencia” de la delincuencia organizada en la seguridad y el desarrollo de todos “nos está generando intrincados momentos”.

 

El general-secretario reconoció ante el presidente Felipe Calderón que han habido errores, “desde luego que sí”. Reconocerlo, dijo, es lealtad. Como lo es también el aceptar las recomendaciones que les hacen los organismos competentes.

 

“Es lealtad a las víctimas y a sus familias, sancionar a los infractores comprobados y reparar el daño causado. Pero también –subrayó–, es lealtad al subalterno investigar a fondo y discernir aquellos casos tendenciosos que buscan desprestigiar a la institución y desviar la acción de la justicia a favor de los delincuentes”.

 

Empero, alegó, México tiene en este Siglo XXI a un Instituto Armado confiable: “Los soldados estamos con México en las buenas y en las difíciles. Sabemos con quién luchamos. Sabemos contra qué luchamos, y sabemos por qué luchamos”.

 

Ante los altos mandos militares y el gabinete presidencial reunido en el Castillo de Chapultepec, Galván señaló que la rémora criminal que hoy vivimos “evolucionó sigilosamente durante décadas. Primero, como pandillas, operando con un bajo perfil, controladas por las policías locales.

 

“Con los años, las nefastas bandas pasaron a un proceso de enquistamiento en la sociedad, con la colaboración de la propia autoridad”, acusó.

 

Según mencionó el general, “en algunas regiones del país la delincuencia organizada se apropió de las instituciones del Estado, y en ese apoderamiento, diversificó sus ominosas actividades para despojar a la sociedad de lo que por derecho le corresponde, generando un clima de violencia inusitado”.

 

Es evidente, situó sin ambages, “que en aquellas latitudes del territorio nacional, el espacio de la seguridad pública está totalmente rebasado. Es menester reconocer que es la seguridad interior la que hoy se encuentra seriamente amenazada”.

 

Galván pidió de nueva cuenta la aprobación de las reformas que permitan a la institución armada desempeñar su labor en este terreno: “No se trata de arrogarnos privilegio alguno, ni de desempeñar funciones que no nos correspondan”, alegó.

 

Según dijo, la Fuerza Armada permanente es leal a los intereses supremos del país y se conducen por el rumbo que la Nación les indica, “siempre respetando el ámbito que nos apuntan las leyes, los reglamentos y las jurisprudencias”.

 

Reconoció que si bien mucho se ha logrado y avanzado, “aún falta por hacer”.

 

“Usted –le dijo directamente al presidente Felipe Calderón– es y ha sido un Comandante sensible, valiente y honesto, identificado con y por su tropas, empatía que las y los Generales, Jefes, oficiales, cadetes y personal de tropa, en activo y en retiro, hemos palpado a través de sus inéditas acciones de mando y moral reflejadas en el bienestar de las mujeres y hombres militares y en el de sus derechohabientes”.

 

México, concluyó el general Galván, tiene en este Siglo XXI a un Instituto Armado confiable, que todos los días trabaja para defenderlo con firmeza.

 

 

FRASE:

“Usted es y ha sido un Comandante sensible, valiente y honesto”