Ya no es ninguna novedad que tanto el PAN de Felipe Calderón, como las izquierdas de Andrés Manuel López Obrador, han sumado esfuerzos y estrategias en contra de Enrique Peña Nieto.

 

No es nuevo que la derecha y la izquierda le apuestan todas sus cartas a impedir una eventual victoria electoral del mexiquense.

 

Y tampoco resulta novedoso, porque está a la vista de todos, que en esa peculiar “guerra sucia” que se ha emprendido contra el PRI, en general, y Peña Nieto, en particular, comparten objetivos el partido azul y las llamadas izquierdas.

 

¿Qué mueve a Calderón y a López Obrador a compartir objetivos contra un eventual regreso del PRI? La respuesta parece elemental. Incluso podría ser de supervivencia. Es decir, que si Peña Nieto resulta ganador en julio próximo, entonces toda la historia de la izquierda y la derecha mexicanas se habrían ido a la basura.

 

En otras palabras, que en julio próximo no sólo se juega la candidatura presidencial y un eventual regreso del PRI, sino el fracaso potencial de más de medio siglo de lucha de la izquierda y la derecha. ¿Qué nos van a decir los próceres del PAN y de la izquierda, cuyos partidos nacieron para acabar con el PRI, si el partido tricolor los derrota en este nuevo siglo?

 

 

¿TÚ TAMBIÉN ELBA?

Pero lo verdaderamente nuevo –en la descarnada disputa electoral que vivimos-, es que ahora se ha sumado a los partidos que tienen como premisa fundamental tumbar a Peña Nieto, el partido Nueva Alianza y, claro, toda la fuerza política de la profesora Elba Esther Gordillo.

 

Por lo menos esa es la lectura casi generalizada de la estrategia que parece haber diseñado la lideresa del magisterio, al postular como candidato presidencial al obscuro Gabriel Quadri; un funcionario medio del gobierno de Ernesto Zedillo, cuya especialidad es la ecología, y que fue sacado del baúl del “cascajo político”, para quitarle votos al Partido Verde, aliado de Peña Nieto.

 

En la lógica de la maestra, ese genio de la política recién descubierto se encargaría de mover todos sus tentáculos del mundo de la ecología, para arrebatarle votos al Partido Verde, que es el principal y único aliado del PRI y que, en el papel, le aportaría por ahí de cinco por ciento de los votos a Peña Nieto.

 

La pregunta, sin embargo, es si el señor Quadri será capaz de conseguir los mínimos de confianza como para mover más allá del voto del magisterio. Todo indica que la respuesta es negativa. ¿Por qué? Porque Quadri es un perfecto desconocido, porque el partido Nueva Alianza está en los niveles más bajos de descrédito y, por si hiciera falta, la profesora Gordillo es lo más parecido a “el villano favorito”.

 

Con todos esos negativos, parece muy difícil que el partido Nueva Alianza consiga más votos de los necesarios para ratificar su registro. Aún así, muchos suponen que la cuarta candidatura presidencial en la contienda pegará justo en la línea de flotación de Peña Nieto.

 

 

LA ESTRATEGIA

Durante las horas que siguieron a la presentación de Gabriela Quadri –como candidato presidencial de Nueva Alianza-, la gran interrogante en las redes sociales y, en general, entre los ciudadanos, era obligada. ¿Quién es Gabriel Quadri?

 

En realidad nadie lo conocía, y lo cierto es que su candidatura se negoció horas antes de hacerla pública. La evidencia es un desafortunado retweet de Quadri, en el que se expresa en forma ofensiva de Andrés Manuel López Obrador.

 

Pero además, el “ecologista” arrancó su campaña con una gran mentira –que no creyó nadie-, y que lo retrata de cuerpo completo. Dijo el virtual candidato de Nueva Alianza: “no conozco a la profesora Gordillo, nunca he hablado con ella”. ¿Es creíble esa versión?

 

Por supuesto que no. Pero esa es justamente una de las grandes habilidades de Quadri; la demagogia y el oportunismo. Pero sigue sin tener respuesta la pregunta fundamental, ¿quién es Quadri?

 

Lo cierto es que lo menos importante es el historial del candidato presidencial de Nueva Alianza. Pudo haber sido cualquiera. El requisito único para ser candidato del Panal, era contar con habilidades mínimas para quitarle votos a Enrique Peña Nieto. Y los estrategas de la señora Gordillo, y ella misma, creen que el “ecologista de antaño” puede lograr ese objetivo.

 

Sin embargo, lo que al parecer nunca calcularon los genios que empujaron la candidatura de Quadri, es que en el PRI antagónico al gobierno de Zedillo –PRI que casualmente está extraordinariamente fortalecido-, conocen la historia negra de Quadri.

 

¿Y cuál es esa historia? Pronto la conoceremos. En sus intríngulis aparecen pillerías, transas, corrupción y… Al final de cuentas es probable que a la profesora Gordillo le salga más caro el caldo que las albóndigas.

 

Por lo pronto, acompañará a Gabriel Quadri, como candidata al Gobierno del Distrito Federal, la ex priísta Rosario Guerra, que en los hechos es la más reconocida enemiga política de Beatriz Paredes. Eso quiere decir, que el partido Nueva Alianza no solamente diseñará una estrategia contra el PRI a nivel federal, sino, en especial, contra la candidata del PRI en la capital del país.

 

Con Rosario Guerra como aspirante al GDF, Gordillo pretende dividir al PRI y mandar al tercer lugar a Beatriz Paredes. Es decir, que, en el papel, la “profesora” va con todo contra Peña, contra Paredes e, incluso, contra Manlio Fabio Beltrones.

 

 

¿SE ACUERDAN?

Si algunos políticos pudieran viajar 6 años en el pasado, seguramente pensarían dos veces antes de decir lo dicho entre el 11 y el 17 de febrero de 2006.

 

Por ejemplo, el entonces candidato del Panal, Roberto Campa, sugirió que el IFE necesitaba mayor poder de fiscalización, ¿qué diría ahora que el órgano electoral parece en manos de modernos inquisidores?

 

Felipe Calderón, por otro lado, llamó a los michoacanos a formar una insurgencia civil a su favor; no cabe duda que el entonces candidato no imaginó los problemas que tendría a causa de La Familia Michoacana o de los Caballeros Templarios.

 

Finalmente, el que seguro se arrepiente de lo dicho y de lo hecho es el ex gobernador de Puebla, Mario Marín. Y es que justo en estas fechas se publicaron sus conversaciones con el empresario Kamel Nacif, a lo que el poblano respondió “yo no leo chismes, tengo cosas más importantes que hacer”. Seguramente nunca pensó lo caro que pagaría este “chisme”.

 

ricardo.aleman@24-horas.mx | @ricardoalemanmx

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