Grecia se juega su futuro el lunes en una reunión de ministros de Finanzas de la zona del euro, en esta capital, en la que espera recibir el visto bueno para una segunda ayuda financiera de 130 mil millones de euros que le ayudaría a evitar la bancarrota a finales de marzo.
Según el líder del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués Jean-Claude Juncker, todo está listo para que la decisión sea por fin tomada, después de dos aplazamientos en las últimas dos semanas.
Los socios del euro han recibido “fuertes garantías” de los líderes de los partidos de la coalición gubernamental de que llevarán adelante el programa de austeridad griego, incluso después de las elecciones de abril, y una “lista detallada de acciones prioritarias, con un calendario para su aplicación”, para ahorrar los 325 millones de euros que faltaban a Atenas.
Además, Juncker indicó que la troika -formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI)- finalizó su análisis de la sostenibilidad de la deuda griega.
Sin embargo, el jefe de filas del Eurogrupo considera que hace falta más estudios para mejorar la supervisión de la aplicación del programa de austeridad por parte de las autoridades griegas.
La decisión sobre el nuevo rescate griego viene siendo retrasada desde octubre de 2011 debido a la tardanza del gobierno de Atenas en poner en marcha todas las medidas exigidas por sus acreedores internacionales, que incluyen privatizaciones, aumentos de impuestos, despidos de funcionarios públicos, recortes en salarios y pensiones.
“El problema es que cada vez nos imponen nuevas condiciones”, argumentó el ministro de Finanzas griego, Evangelos Venizelos, la pasada semana, cuando el Eurogrupo decidió cancelar una reunión extraordinaria prevista para desbloquear la ayuda.
Para Venizelos, está claro que “muchos miembros de la zona del euro han dejado de querer” a su país y están “tratando de ganar tiempo” antes de permitir su bancarrota y eventual salida de la unión monetaria.
Días antes, el titular alemán, Wolfgang Schauble, había afirmado al diario Die Welt que la zona del euro está hoy “mejor preparada” para una quiebra de Grecia que dos años antes.
No obstante, las autoridades europeas insisten que esa opción no está siendo contemplada y que a Grecia no le resta más que aplicar las medidas acordadas con la troika si quiere evitar un escenario “devastador para la sociedad griega, la zona del euro y más allá”, según resumió el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn.
Lo cierto es que a los socios del euro les cuesta confiar en las promesas griegas, tanto que estarían planteando liberar el segundo rescate de manera parcelada, de acuerdo con fuentes diplomáticas.
El objetivo sería evitar la bancarrota inmediata del país y, a la vez, guardar cartas para presionar al gobierno heleno a seguir cumpliendo el plan de austeridad más allá de las próximas elecciones. (Notimex)