Ante la guadaña de la PGR que se cierne amenazante sobre varios ex gobernadores del PRI, la dirigencia priista por fin mostró una respuesta articulada y, en tres tiros de precisión, dirigió sus misiles hacia tres figuras claves en el actual sistema panista: la hermana del presidente Felipe Calderón, por su reciente campaña en Michoacán; y los ex gobernadores de Baja California, Eugenio Elorduy y Ernesto Ruffo Appel.
En esta guerra político-judicial que marcará las campañas por la Presidencia, el PRI decidió recurrir a la misma estrategia que el presidente Calderón: “acusa que algo queda”, y lo hizo en los mismos dos frentes por los que están siendo investigados los priistas: la vinculación con el narcotráfico, en el caso de los ex gobernadores y el desvío de recursos públicos con fines electorales.
La decisión de que el PRI contraatacara salió directamente del equipo de campaña de Enrique Peña Nieto. Sabedores de que el candidato presidencial priista es el objetivo final de la estrategia acusatoria del gobierno calderonista, los peñistas, junto con Pedro Joaquín Coldwell, decidieron que “la mejor defensa es el ataque” y ubicaron los tres primeros blancos.
Al involucrar a Luisa María Calderón, a la que exhiben con un audio en el que ordena “comprar votos” para su reciente campaña en Michoacán, los priistas buscan un doble efecto: por un lado van directo contra el apellido presidencial, pero también ponen a prueba a la nueva fiscal Especial para Delitos Electorales, Imelda Calvillo Tello, cuya repentina designación despertó críticas y suspicacias de los mismos priistas.
Ese fue el primer golpe directo al presidente y la acusación contra Luis María cae en el mismo terreno donde hasta ahora están las acusaciones contra los gobernadores priistas: lo político y lo mediático. Es decir el PRI responde a Calderón en los mismos términos en los que está siendo atacado, y ayer ya tuvo respuesta al anunciar el dirigente panista, Gustavo Madero, que “el PAN defenderá a Luisa María Calderón”.
Los otros dos tiros del partido tricolor fueron contra dos ex gobernadores del PAN, ambos de Baja California, Eugenio Elorduy y Ernesto Ruffo Appel, contra los que lanzan una acusación de vínculos contra el narcotráfico y la llevan también a la PGR. La intención es evidente: si la PGR investiga a tres ex mandatarios estatales del PRI por ligas con el crimen organizado ¿también investigará a dos ex gobernadores panistas señalados por el mismo delito?
En ambos casos, el PRI acusa a dos mandatarios que gobernaron un estado donde los vínculos entre el narco y la política siempre han demasiado finos, tanto que a veces se confunden y con Ruffo Appel, de paso, los priistas tocan a un operador de la campaña de Josefina Vázquez Mota, encargado de la promoción de nuevos votantes y vínculos con la sociedad, y a una figura emblemática por haber sido el primer gobernador que tuvo el PAN en su ascenso al poder.
Así que la contraofensiva comenzó y la contienda presidencial toma tintes de guerra donde lo político, lo judicial y lo criminal se mezclarán para aumentar la tensión de una elección que ya de por sí se ve venir competida y difícil.
NOTAS INDISCRETAS… Beatriz Paredes ya no se ve tan animada con los porcentajes que le dan ahora las encuestas tras la salida de Miguel Ángel Mancera como precandidato del PRD a la jefatura de Gobierno del DF. Hasta antes de que apareciera Mancera Beatriz salía por arriba de otros perredistas como Alejandra Barrales o Mario Delgado, pero con la nominación del ex procurador el panorama cambió. A ver si eso no desalienta a doña Beatriz que no está muy acostumbrada a las campañas a contracorriente… Los dados repiten Escalera. Buena semana.
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