Lo más dramático que muestra el documental De Panzazo de Juan Carlos Rulfo y Carlos Loret de Mola, es que a pesar del enorme esfuerzo que realiza todo un país – los niños por levantarse temprano, los padres por alimentarlos y vestirlos para enviarlos a la escuela, cientos de miles de maestros, autoridades, policías, empresarios, comerciantes, todos parte de este esfuerzo– al final, la educación en México es un absoluto fracaso. Los niños no aprenden bien, la mayoría de los que inician la primaria – 60% – ni siquiera la terminarán y por cada 100 estudiantes sólo 26 llegarán a la Universidad y el resto se perderá en el camino.

 

Es decir, que el esfuerzo monumental que se realiza para dar educación a los niños, junto con la esperanza que esa educación representa para millones de mexicanos que la ven como una forma de salir de la pobreza, se estrellan contra una dura realidad: el sistema educativo ha fallado y los esfuerzos por cambiarlo y mejorarlo tienen en contra a una burocracia ineficiente, a gobernantes sin decisión política y a una mafia sindical y magisterial que frena cualquier intento de cambio.

 

Esas son las premisas sobre las que Rulfo y Loret trazan un entretenido y fresco documental que, en formato de gran reportaje, desmenuza la problemática de la mala calidad de la educación en México. La habilidad reporteril del periodista, junto con la narrativa fluida del cineasta, logran meter al espectador en una dinámica en la que primero se incomoda al ver tan de cerca las deficiencias educativas, luego se indigna al descubrir la corrupción y el ausentismo magisterial, y al final termina sintiéndose parte del problema o, según reza el final un tanto meloso del documental, parte de la solución.

 

Personaje central en la disección que hace De Panzazo del problema educativo, es Elba Esther Gordillo que aparece entrevistada por Loret de Mola, diciendo que ella no es quien frena los intentos de evaluación de los maestros y de modernización educativa. Incluso promete –en 2010 que se realizó la entrevista– que apoyará las evaluaciones a los mentores, aunque al final impide que haya sanciones y consecuencias para los maestros que reprueben los exámenes, como ocurrió en 2011 con 70% de los maestros que presentaron el examen de habilidades, que aún reprobando obtuvieron una plaza magisterial.

 

Elba Esther no sale bien librada en el documental de Rulfo y Loret, y por momentos es mostrada como si fuera ella sola todo el problema de la educación en México ¿Lo es?

 

Pero tampoco la oposición magisterial a Elba Esther, la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación, la CNTE, es vista como opción. Los propios alumnos de primaria y secundaria, dotados con cámaras por la producción, documentan el ausentismo de los maestros en varios estados que impiden las clases, la indolencia de las autoridades y los métodos arcaicos de enseñanza que aplican muchos maestros, junto con otros que se esfuerzan por hacer bien su trabajo.

 

Al final el documental De Panzazo es una nueva visión, fresca, a un problema añejo e incómodo. Ninguno de los presidentes que se muestran con su demagógico discurso educativo, desde José López Portillo hasta Carlos Salinas o Vicente Fox, sin dejar de lado a Felipe Calderón, han podido o han querido entrar de lleno a atacar y revertir el problema, en buena medida porque eso significa enfrentar el poder político del sindicato magisterial.

 

Y ante eso ¿qué propone De Panzazo? La actuación y la acción ciudadana, la participación de los propios estudiantes, de los padres, de las autoridades para denunciar a malos maestros y presionar para que haya sistemas de evaluación compensatorios para los mentores. Parece una solución idílica, pero puede ser un principio.

 

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