El municipio de Benito Juárez, en Quintana Roo, con cabecera municipal en Cancún, ha tenido una accidentada historia reciente en cuanto a sus alcaldes. Julián Ricalde, quien actualmente ocupa el cargo, intenta cambiar una historia, por decir lo menos, difícil.

 

 

Empecemos por el hecho de que todos los municipios del país son iguales, pero hay unos más iguales que otros. Cancún es la joya de la corona del sureste mexicano, lugar privilegiado por la naturaleza, y el polo de desarrollo turístico más importante del país en la segunda mitad del siglo pasado. Por lo mismo, Cancún ha sido imán para todo: lo bueno y lo malo. Han entrado enormes cantidades de dinero en desarrollos turísticos hoteleros e inmobiliarios, inversiones en restaurantes, bares, cabarets, centros de apuestas, y, lo más importante, turistas.

 

 

Todo lo anterior genera impuestos federales, estatales y municipales en montos inusualmente grandes, dada la intensa actividad económica. Y comienzan las tentaciones. En la administración del gobernador Joaquín Hendricks, llega a la alcaldía de Cancún Juan Ignacio Chacho García Salvidela, el 10 de abril de 2002. Fue el primer y único presidente municipal en la historia en ganar una elección bajo la bandera del Partido Verde Ecologista de México, sin formar parte de una coalición. Aquí empezó la invasión de los verdes a Cancún, y fue al amparo de García Salvidela cuando se grabó el famoso video donde Jorge Emilio González, el Niño Verde, pide una “cuota” para regularizar unos terrenos. Fue cuando, dijo, lo “chamaquearon”.

 

 

García Salvidela fue investigado al haber literalmente saqueado la tesorería municipal, asunto que, entre otros delitos, lo llevó a pasar una buena temporada tras las rejas.

 

 

En 2008, llega a la presidencia municipal de Cancún el empresario Greg Sánchez. Además de exportar madera, y antes de entrar a la política, Sánchez fue cantante, locutor y pastor cristiano. Su propósito era hacer campaña desde la alcaldía para contender por la gubernatura representando a una coalición encabezada por el PRD. Para ello, según fuentes sólidas en Cancún, hace un desmedido gasto publicitario, funda una secta, más que fundación, que se llama Todos Somos Quintana Roo y el DIF que encabeza Niurka, su esposa, organiza grupos en todo el estado para apoyar su candidatura bajo una rara mezcla de prédica político-cristiana (Cualquier similitud a nivel nacional es mera coincidencia). Pero empiezan a salir trapitos. El impresionante aparato de seguridad que rodea su casa en Isla Dorada, vecino, por cierto, del edificio donde cayó la joven búlgara, y que es propiedad de los González Torres, hace murmurar a los vecinos sobre posibles ligas con el narco.

 

 

La hacienda municipal es opaca. La administración entera está bajo sospecha. Aún así, es designado candidato al gobierno del estado por el PRD. Pero no llegó a la elección. Las autoridades lo detuvieron por enriquecimiento inexplicable y posibles lazos con el crimen organizado. Después de varios meses, salió libre bajo un amparo, pero siguen pesando investigaciones sobre él. Hace apenas unos días, 24 Horas reveló una declaración patrimonial de Sánchez de casi mil millones de pesos, cuyo origen también es investigado. Se habla de una red de tráfico de personas para transportar cubanos a Miami desde hace ya varios años. Nada que no se comente abiertamente en Cancún.

 

Si logra conseguir el escaño que busca en la próxima Cámara de Senadores, tendrá seis años de fuero. O impunidad, como quiera usted llamarle.

 

@jorgeberry