Cuando se dio a conocer la nominación de Demian Bichir para el Oscar a mejor actor, los medios en tropel –y público en general- se volcaron en elogios hacia el mexicano por la hazaña de estar en el mismo grupo de grandes actores como Brad Pitt, George Clooney, Gary Oldman y Jean Dujardin.
Lo que muchos olvidan es que hay otro mexicano que este fin de semana tendrá la oportunidad de regresar a casa con una de las famosas estatuillas. Nos referimos por supuesto a Emmanuel El Chivo Lubezki, fotógrafo mexicano nominado por su trabajo en la cinta El árbol de la vida, misma que también compite por el premio a mejor película junto con su director, Terrence Malick.
Nacido en la Ciudad de México en 1966, de padres judíos, El Chivo estudió Historia en la UNAM para después ingresar al Centro Universitario de Estudios Cinematográficos (CUEC) donde hizo la carrera de cinematografía. Sus primeros trabajos fueron para la publicidad y la televisión, donde compartió créditos con dos importantes directores y amigos: Alfonso Cuarón y Guillermo del Toro, quienes trabajaban para la ya mítica serie de terror, La Hora Marcada, en Televisa.
Es junto con Cuarón con quien hace su primera gran cinta: Sólo con tu pareja, (1991). Ahí, la fotografía de Lubezki ya se notaba diferente a la sordidez visual con la que el cine mexicano nos tenía acostumbrados: Lubezki retrataba a un país de luces claras, estilizadas, a veces difusas, donde la obscuridad era la excepción y no la regla.
La segunda gran prueba de Lubezki fue Cómo agua para Chocolate, (1992), de Alfonso Arau; la cinta originalmente sería fotografiada por Vittorio Storaro, pero por problemas de agenda no pudo realizarla, Lubezki (quien originalmente sólo se encargaría de la segunda unidad) al final fotografió la película entera.
De aquella experiencia, Lubezki aprendió a improvisar. La falta de presupuesto hacía que los escenarios y utilería no fueran lo más adecuado; con trucos de luz y encuadre, El Chivo ayudó a que la película se viera con más presupuesto del que en realidad tenía.
Se instala en Estados Unidos y, junto con su amigo Alfonso Cuarón, obtiene su primera y algo sorpresiva nominación al Oscar por La Princesita, (1996). De ahí le siguieron trabajos con Tim Burton (Sleepy Hollow, 1999) y su primer acercamiento con Terrence Malick para The New World (2006); por ambas cintas obtuvo nominaciones al Oscar, pero el premio jamás se decidía por él.
Con Children of Men (2006), Lubezki alcanzaba niveles insospechados; no se limita a la fotografía preciosista y las luces suaves, ahora se trataba de complicados planos secuencia, tomas donde la cámara pareciera girar alrededor de objetos que a su vez estaban en movimiento, escenas alucinantes y poderosas, de una complejidad técnica inimaginable.
De nuevo el aplauso, el reconocimiento, la nominación… pero la estatuilla se le negó una vez más.
Esta es la quinta nominación para El Chivo y no puede llegar en mejor momento. El alucinante viaje de Terrence Malick, El árbol de la vida (2011), resulta en gran medida efectivo y evocador gracias a la fotografía de Lubezki. Esta cinta es el mejor resumen de sus habilidades y obsesiones, un viaje de luz, imágenes y movimiento. Del adolescente que tenía miedo a la primera unidad de una película, al monstruo de cinco nominaciones al Oscar.
Un mexicano se llevará el Oscar hoy, su nombre: Emmanuel Lubezki.