El arquitecto chino Wang Shu, de 48 años, ha sido galardonado con el premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura, por una obra artesanal, respetuosa con el medio ambiente y de gran profundidad filosófica en la que conviven de forma armoniosa tradición y modernidad.
Wang, nacido el 4 de noviembre de 1963 en Urumqi, en la región autónoma de Xinjiang, sólo ha trabajado dentro de China y ha desarrollado la mayor parte de su obra en Hangzhou, a 170 kilómetros al suroeste de Shangai, donde dirige desde 1997 junto a su esposa, Lu Wenyu, el “Estudio de Arquitectura Amateur”.
El presidente de la Fundación Hyatt, promotora de este premio a lo largo de 34 ediciones, Thomas J. Pritzker, informó hoy del fallo del jurado, presidido por Lord Palumbo y del que forman parte el chileno Alejandro Aravena y la británico-iraquí Zaha Hadid, entre otros.
“El hecho de que se haya elegido a un arquitecto chino supone un importante paso en el reconocimiento del papel que va a jugar China en el desarrollo de los ideales arquitectónicos. Además, el éxito del urbanismo chino en las próximas décadas será importante no ya para China sino para el mundo entero”, señaló Pritzker.
“Este urbanismo, como el del resto del mundo, requiere estar en armonía con la cultura y las necesidades locales” y, en el caso de China, debe compatibilizar “sus tradiciones y su pasado con las exigencias de un desarrollo sostenible”, añadió el promotor del galardón.
El premio consiste en 100.000 dólares y una medalla de bronce con una inscripción latina en su reverso: “Firmitas, Utilitas, Venustas” (Firmeza, Utilidad y Belleza), el lema de Vitruvio, considerado uno de los “padres” de la arquitectura.
El galardón se entrega cada año en distintas ciudades y en esta ocasión, y por primera vez en su historia, la ceremonia se trasladará el 25 de mayo a Pekín.
En ocasiones anteriores el premio lo han ganado arquitectos como el francés Jean Nouvel, los británicos Norman Foster y Richard Rogers, el español Rafael Moneo, el italiano Renzo Piano, el mexicano Luis Barragán, los estadounidenses Frank Gehry y Richard Meier, los brasileños Óscar Niemeyer y Paulo Mendes de Rocha y los portugueses Álvaro Siza y Eduardo Souto de Moura, galardonado el año pasado.
Wang Shu es el segundo chino en obtener el Pritzker, tras I.M. Pei en 1983. Estadounidense pero de origen chino, Pei se formó en Harvard y en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) y es autor de obras como la pirámide del Louvre y la Biblioteca y Museo Presidencial John F. Kennedy.
Tres de las obras principales de Wang Shu son la Biblioteca del Colegio Wenzheng en la Universidad de Suzhou, el Museo de Historia de la ciudad portuaria de Ningbo y el Campus Xiangshan de Bellas Artes de Hangzhou, así como el pabellón de Tengtou-Ningbo en la Exposición Universal de Shangai.
Prueba de su amor por el medio ambiente y la economía de materiales es su decisión de aprovechar dos millones de tejas procedentes de demoliciones de casas tradicionales para cubrir el techo de varios edificios del campus de Hangzhou.
Defensor de los materiales artesanales y tradicionales, Wang ha crecido en una ciudad que ha visto destruir el 90 por ciento de su arquitectura tradicional en sólo 30 años con el rápido desarrollo económico, como recordaba hace un mes en París, según “Le Courrier de l’Architecte”.
Wang, quien encuentra su mayor placer trabajando como un artesano o un “amateur” -de ahí el nombre de su estudio-, es partidario de la “slow-build” (la construcción lenta), según esta publicación.
“Hace cien años, el ritmo de vida chino era más lento que en la cultura occidental. En cien años, nos hemos convertido en los más rápidos. No tenemos tiempo para reflexionar”, se lamentaba en una conferencia en la Escuela de Chaillot el 31 de enero pasado.
Acerca del premio, “ha sido una enorme sorpresa. Me siento tremendamente honrado de recibir el Premio Pritzker. Me ha hecho darme cuenta de la cantidad de cosas que he hecho en la última década. Y es una prueba de que el trabajo duro y la perseverancia conducen a resultados positivos”, señaló Wang a los organizadores. EFE