Después de meses de luchar contra el cáncer, Dora García (Aguascalientes, 1969), cedió la batalla. La fundadora de la compañía de intervención La Biznaga Teatro, sufrió una insuficiencia respiratoria y murió la media noche del martes 28 en las instalaciones del hospital Siglo XXI.

 

A la también actriz, productora, diseñadora y directora de teatro se le había descubierto un cáncer en los pulmones desde mediados del 2011, por lo que comenzó el tratamiento necesario, mejorando por momentos pero, hacía el final del mismo año, tuvo que ingresar al hospital debido a una complicación pulmonar de la cual ya no pudo salir.

 

Su cuerpo fue trasladado esta misma madrugada a las capillas de Gayosso en la colonia Roma, Colima 254, donde estará hasta la una de tarde, después el cuerpo será trasladado a su tierra natal, donde se llevará a cabo su sepelio un día después. Por la madrugada se dieron cita a la funeraria de Gayosso actores, directores y demás integrantes de la comunidad teatral de la Ciudad de México, entre ellos la directora Karla Faesler y Mario Espinosa, este último con quien trabajó en los últimos 20 años, con quien co-dirigió el Segmento “Celebración de Muertos” del desfile del 16 de septiembre para la celebraciones oficiales del Bicentenario en el 2010.

 

Dora García fue una directora teatral interesada en las acciones políticas y públicas a través de la dramaturgia en el espacio público y fue una de las pioneras en reflexionar el metro como un espacio público para el arte.

 

En 1999 Dora García fundó la compañía franco-mexicana La Biznaga con la cual participó en múltiples festivales, entre ellos el Cervantino, en México, el Festival Internacional de Teatro Santiago a Mil, el cual se realiza todos los veranos australes, también al VIII Festival Internacional de Buenos Aires y en el XXVI Festival Iberoamericano de Teatro de Cádiz, donde fueron invitados por el espectáculo Las Cajas Voyeuristas, una intervención de teatro callejero que sucede dentro de una caja de madera de 3 metros por dos, llena de agujeros, por donde el público podía ver lo que sucedía adentro.

 

“Me interesa el teatro de proximidad como un acto amoroso debido a que el metro es un espacio frío”, señaló en una entrevista cuando estrenó dicha pieza al interior del Sistema de Transporte Colectivo. Dora García desarrolló el concepto de teatro de proximidad mediante una serie de intervenciones como Los mensajeros del alma, Las Cajas Voyeuristas, Los cilindreros poéticos, Campaña de Vacunación Cultural, Los Barrenderos poéticos, La Noche de las Estrellas, en los que fundía el teatro callejero, con el performance y la instalación, generando así proyectos multidisciplinarios para sitios específicos.