Hace dos años, cuando en el marco del Festival de Cine de Morelia se presentó el primer avance del documental ¡De Panzazo!, su director Juan Carlos Rulfo declaraba: “La primera meta es mostrar el problema sin sonar demagógico y que no parezca reportaje de Televisa”.
Año y medio después, luego de su estreno comercial, es claro que aquella “primera meta” que se fijaba Rulfo no fue alcanzada: ¡De Panzazo!, más que un documental, es un reportaje sobre el estado de la educación en México que resulta efectivo en la enumeración de los síntomas pero se muestra tibio al no fijar una postura realmente crítica al respecto. El alcance de esta cinta es el mismo que podría tener cualquier reportaje de la televisora de San Ángel.
Los datos duros no dejan de ser dramáticos: ocupamos el lugar treinta de treinta en las evaluaciones de la OCDE, sólo 60 de cada 100 alumnos terminan la secundaria, 90% del presupuesto educativo se va a sueldos (léase al SNTE), etc.
Los números se acompañan con imágenes tomadas tanto por el cineasta como por los mismos alumnos de primarias y secundarias de todo el país. Estas secuencias (las más interesantes del filme) se lograron gracias a cámaras portátiles que la producción facilitó a los estudiantes y así grabaran todos los aspectos de su escuela. El material resultante es tan divertido como variado: desde una partida de póker que se organizan los alumnos ante el constante ausentismo de sus profesores, hasta aquel que muestra con lujo de detalle las paupérrimas instalaciones de su escuela para rematar con un “pero no le hace, es nuestra escuela y la queremos”.
Esas historias, filmadas sin la intervención propia del documentalista –y por ello más honestas que ninguna-, bien pudieron ser el arco dramático de este trabajo. No obstante, Loret y Rulfo desperdician esta oportunidad para convertir a¡De Panzazo!, en un muy convencional reportaje al que le falta valentía y contundencia para ser realmente trascendente.
Oportunidad desperdiciada cuando, aun teniendo a la mismísima Elba Esther Gordillo de frente, el periodista Carlos Loret –famoso por sus hasta ahora puntillosas entrevistas- no logra (o no quiere) poner a la lideresa en aprietos frente a la cámara.
Un reportaje con muchos datos pero pocas respuestas. Ni siquiera los expertos entrevistados (Denisse Dresser, Federico Reyes Heroles, Sylvia Schmekles) aportan soluciones, o las pocas que aportan resultan cuanto más pintorescas ante la magnitud del problema: “Necesitamos un secretario de Educación con cojones”.
Esta tibieza y falta de profundidad resulta decepcionante para un trabajo que podría haber sido demoledor pero que al final resulta inocuo.
La cinta hace honor a su nombre; estamos frente a un reportaje promedio para un periodista de la talla de Loret de Mola, una obra menor de un Juan Carlos Rulfo claramente opacado por el peso de trabajar bajo encargo; y un documento cuyo única valía consiste en tenernos hablando del tema, pero sin la fuerza suficiente como para mantenerlo más allá de una indignada plática de café.
¡De Panzazo! (Dir. Juan Carlos Rulfo, 2011)
2 de 5 estrellas.
Producción: Daniela Alatorre. Guión: Carlos Loret de Mola con el apoyo de Mexicanos Primero. Fotografía: Juan Carlos Rulfo. Edición: Valeria Mancheba.