Buenos Aires. Las acciones de la petrolera YPF, controlada por la española Repsol, se dispararon ayer en el mercado de Buenos Aires después de que la presidenta argentina, Cristina Fernández, aliviara la presión sobre la compañía durante la apertura del nuevo curso legislativo.

 

 

“Vamos a tomar las medidas que sean necesarias para garantizar el abastecimiento de combustible”, dijo Fernández en su discurso ante la Asamblea Legislativa, que había levantado una gran expectación por los insistentes rumores, nunca confirmados oficialmente, sobre supuestos planes de intervención o incluso nacionalización de YPF.

 

 

Tras su mención a YPF, la más esperada del largo discurso que pronunció hoy Fernández, las acciones de la compañía comenzaron a subir como la espuma en la Bolsa de Buenos Aires hasta revalorizarse 16.8 % al cierre de la sesión.

 

 

Durante su intervención, la mandataria reprochó a YPF la “terrible caída” en la producción experimentada en los últimos años, mostró un cuadro con “gráficos que impactan”, dijo, y se remontó hasta la década de los 70 para hablar de la evolución de la petrolera.

 

 

Apenas se refirió a la compañía durante unos minutos en una intervención de más de tres horas y dejó el tema casi para el final de su intervención.

 

 

No obstante, fuentes del sector consultadas no descartan que el gobierno argentino mantenga la presión sobre la petrolera y vuelva a convertirla en blanco de sus críticas en los próximos meses.

 

 

La embestida del gobierno argentino sobre YPF desató esta semana un maratón de negociaciones, incluidas conversaciones al más alto nivel y una visita relámpago a Buenos Aires del ministro español de Industria, José Manuel Soria.

 

 

Repsol-YPF, que hasta el pasado año era exhibida por el gobierno de Fernández como un modelo de empresa participada por capitales españoles y argentinos, comenzó a atraer las críticas de la Casa Rosada el pasado diciembre.

 

 

El Ejecutivo argentino responsabiliza a la empresa de los problemas de abastecimiento de combustible, la caída en la producción y la falta de inversiones.

 

 

La tensión creció la pasada semana, cuando la compañía negó el acceso a una reunión del directorio a varios funcionarios del gobierno argentino que no son miembros del Consejo.

 

 

Se hablaba de una inminente toma de control del gobierno. El presidente de Repsol, Antonio Brufau, viajó a Argentina a raíz del problema que enfrentaban. Y el rey Juan Carlos le habló por teléfono a Fernández esta semana para que cambiara de opinión.

 

 

YPF, conformada por Repsol en un 57.43 % y por el grupo argentino Petersen en un 25.4 %, es uno de los principales inversionistas en Argentina, el primer contribuyente al Fisco, el mayor productor de hidrocarburos del país y da empleo a 13 mil 500 personas.

 

Según datos de la compañía, en 2011 realizó inversiones récord, principalmente en exploración y producción, por unos tres mil millones de dólares, un 50 % más que en 2010, y pagó más de seis mil 400 millones de dólares de impuestos. EFE