Cuando se escucha la voz de Bob Marley y las de sus hijos, quienes no sólo son numerosos, sino que también eligieron a la música como modo de vida, es difícil establecer diferencias. El tono agudo, los falsetes, son como un distintivo de marca que identifica a Ziggy, Stephen, Julian, Demian y Kymani Marley.

 

Pero si algo hace distinta la experiencia de Kimany, quien se presentará este de 2 marzo  en el Salón Los Ángeles (Lerdo 206, colonia Guerrero), respecto a sus hermanos es que él, como su padre, se crió en un barrio pobre, aunque en Miami, y pasó las carencias y problemas usadas por Bob como materia prima para los himnos que lo hicieron famoso.

 

Como muchos en su numerosa estirpe, Kimany ha hecho tributos o nuevas versiones de los clásicos de su padre, aunque su estilo tiene un definitivo sello contemporáneo. Si bien se notan acentos de reggae y soul, tanto los ritmos, el hip hop, o los temas, “Ghetto soldier”, “Warriors”, muestran a un contador de historias urbanas menos preocupado por el mensaje religioso o la revolución que su padre.

 

El músico inició su carrera haciendo equipo con Pras, ex integrante de los Fugees con Lauryn Hill y Wyclef Jean, con un remake de “Electric avenue”, éxito ochentero de Eddie Grant, y luego se lanzó en una búsqueda que lo llevó del reggae tradicional, al dancehall para terminar en un hip hop que hace a muchos preguntarse si no sería esa la forma de expresarse de su padre si no hubiera partido a Zión el 11 de mayo de 1981.

 

Kymani, cuyo nombre significa “viajero y aventurero”, grabó un disco con Andrew Tosh, hijo de otra leyenda, Peter, quien junto con Bob y Bunny Livingstone formaran The Wailers, la piedra angular sobre la que se construyó la música de Jamaica. En la isla hay un dicho que reza “cuando la raíz es fuerte, la fruta es dulce”. Aunque en ocasiones el apellido Marley ha sido el principal obstáculo para que sus hijos sean apreciados, Kymani lo ha conjuntado con su propia forma de expresarse y el resultado es un estilo potente, novedoso, que hace presente, a 30 años de su muerte, el legado del maestro.