En un contexto donde 15% de la población mundial (más de mil millones de personas) vive en pobreza extrema, concebir que la mayoría de ellas considera a la agricultura como la actividad primordial para su supervivencia implica un reto, no sólo en términos de desarrollo internacional sino también en relación a la oferta de alimentos existente en el futuro para una población que continúa creciendo.

 

 

La Fundación Bill & Melinda Gates, considerada como la organización filantrópica más grande del mundo, ha decidido este año atraer la atención hacia el problema del hambre y desnutrición visto desde la perspectiva de la agricultura. De esta forma, su objetivo se enfoca en incentivar la innovación en un área donde la oportunidad de obtener ganancias es menor, pero donde el impacto sobre la población más vulnerable del mundo sería absolutamente crucial.

 

 

La Revolución Verde fueron una serie de iniciativas que ocurrieron alrededor de 1960, que marcaron un hito en la producción de alimentos y sus efectos en el problema del hambre mundial, debido a que provocaron un aumento en la producción agrícola. Ocurrió también una caída en los precios, lo que pudo salvar la vida de más de mil millones de personas a causa de la hambruna. Esto fue posible debido a que se logró producir nuevas variedades de arroz, maíz y trigo que fueron más resistentes y con mayor productividad.

 

 

No obstante, en la actualidad, a pesar de que la tecnología se muestra a nuestro favor, ha habido una disminución en el apoyo de los países que proporcionan ayuda humanitaria especialmente a la agricultura, lo cual impide que se haga un uso productivo de la tecnología en el ámbito. Así, la ayuda a la agricultura proveniente de países ricos disminuyó de 17% en 1987 a 4% para 2006.

 

 

Cada año a nivel mundial se invierten tres mil millones de dólares en investigación agrícola en los siete cultivos más importantes del mundo; sin embargo, sólo 300 millones se dedican a las necesidades específicas de los agricultores más pobres, ya que 1.5 mil millones de dólares son gastos hechos por los países para atender otras necesidades, mientras que el sector privado aporta los 1.2 mil millones restantes.

 

 

Ante esta situación, el Foro Económico Mundial sugiere abordar el problema desde una perspectiva de negocios, donde las partes interesadas tengan los incentivos para innovar y asumir riesgos y que además estén dispuestos a invertir en el crecimiento. De esta forma, su iniciativa llamada Una nueva visión para la agricultura tiene el objetivo de lograr, de forma simultánea, estimular el crecimiento económico, mejorar la seguridad alimentaria global y mejorar la sustentabilidad ambiental utilizando un enfoque de mercado.

 

 

Aumentar la investigación en el desarrollo de mejores cultivos no sólo es importante para mejorar su productividad, sino también para incrementar su resistencia ante los efectos que el cambio climático comienza a tener sobre ellos. Las inundaciones, sequías y el número creciente de nuevas y más resistentes plagas provocan que sus efectos sean devastadores sobre la agricultura. No obstante, los casos de éxito son múltiples.

 

 

Las inundaciones de los campos en India y Bangladesh solían provocar que los campesinos se quedaran sin alimentos, tanto para autoconsumo como para comerciar, durante todo el año. A partir de estas experiencias se desarrolló un nuevo tipo de arroz llamado Swarna-Sub1, el cual es más productivo y resiste los efectos de dichas inundaciones. Este nuevo avance provocó que se pasara de la pérdida de 4 millones de toneladas de arroz cada año, a lograr abastecer el consumo de los campesinos de la región y además alimentar a más de 30 millones de personas, a través del comercio, con esta nueva e innovadora variedad de arroz.

 

 

Fomentar el uso de la biotecnología en la investigación es totalmente necesario, pero también lo es el comenzar a aplicar estrategias más elementales como sembrar cultivos con mayor productividad en cada país. A pesar de que esta práctica puede resultar costosa, existen múltiples ejemplos de casos que han logrado implementarla con éxito. Uno de ellos es Marruecos, que cambió sus cosechas de trigo por cosechas más productivas para sus tierras irrigables. Para conseguir esto se llevó a cabo una estrategia conjunta entre el gobierno y el sector privado, donde éste se encargó de financiar la transformación de los agricultores más ricos, mientras que el segundo otorgó privilegios específicos a dichos agricultores a cambio de su compromiso de ayudar a los pequeños agricultores de la zona en su transición a este nuevo tipo de cultivos.

 

 

La simbiosis y continuidad que debe existir en el tema de la agricultura, con áreas como la infraestructura y otras políticas públicas, resulta fundamental para utilizarla como un propulsor de otros objetivos que van desde la nutrición y enfermedades, hasta el uso de la tierra, la biodiversidad, energía, mejoramiento de los medios de transporte, agua y el empoderamiento de la mujer.

 

* Egresada de Economía de la Universidad Iberoamericana. Asistente de Investigación en Contorno, Centro de Prospectiva y Debate. gs_godoy@hotmail.com

 

Fuentes

Carta anual de Bill Gates, 2012. Bill & Melinda Gates Foundation.

Putting the New Vision for Agriculture into Action: A Transformation is Happening. World Economic Forum. Febrero 2012.