Cerca de ocho mil 500 personas, la mayoría civiles, han muerto en Siria desde que inició hace casi un año la represión contra la revuelta popular en contra del presidente Bashar al-Assad, anunció hoy el Observatorio Sirio de Derechos humanos (OSDH).

 

Entre las ocho mil 458 víctimas mortales figuran seis mil 195 civiles, mil 835 soldados y policías, así como 428 soldados desertores que se unieron a los opositores, explicó Rami Abdel Rahman, jefe del OSDH, con sede en Londres.

 

Además, más de 25 mil refugiados están registrados por las Naciones Unidas en los países vecinos de Siria y entre 100 mil y 200 mil personas se han visto desplazadas en el interior del país.

 

A finales de febrero pasado, el secretario general adjunto de las naciones Unidas, Lynn Pascoe, había estimado en más de siete mil 500 la cifra de muertos en Siria debido a la represión y bombardeos de las tropas leales al régimen sirio, en particular contra la ciudad de Homs.

 

La situación humanitaria es cada vez más preocupante en Siria, donde las organizaciones humanitarias siguen sin tener acceso a las ciudades devastadas por los bombardeos.

 

Este miércoles, la directora de las operaciones humanitarias de las Naciones Unidas, Valerie Amos, llegó a Siria para intentar que personal humanitario tenga acceso a las ciudades bombardeadas, en especial en Homs.

 

Tras permanecer bloqueado durante seis días, un convoy de ayuda de la Media Luna Roja ha logrado este miércoles entrar en el barrio de Bab Amro, en Homs, según el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

 

El enviado especial de las Naciones Unidas y la Liga Arabe, Kofi Annan, también llegará el próximo sábado a Siria para lograr el acceso humanitario a las zonas afectadas y promover una salida pacífica a la crisis siria mediante el apoyo de las partes implicadas en el conflicto.