Unos restos de pigmento negro encontrados tras un falso muro del Palacio Viejo de Florencia, Italia, podrían pertenecer al fresco perdido de Leonardo da Vinci “La Batalla de Anghiari”, según ha revelado hoy un equipo de investigadores.
El director de la investigación, el italiano Maurizio Seracini, compareció ante la prensa en Florencia para informar sobre el hallazgo en el Palacio Viejo (actual sede del Ayuntamiento florentino) de estos restos, que se cree pueden provenir de la anterior obra perdida del genio renacentista, datada en los primeros años del siglo XVI.
Según Seracini, la muestra de material negro, encontrado en una pared oculta tras un falso muro en el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo, tiene una composición química compatible con la usada por Da Vinci en la “Gioconda” y en el “San Juan Bautista”, que se conservan en el Museo del Louvre de París.
El misterio sobre el paradero del fresco de Leonardo se remonta al 1560, varias décadas después del proyecto del mismo (1503), cuando el pintor y arquitecto toscano Giorgio Vasari recibió el encargo de decorar y reestructurar el Salón de los Quinientos del Palacio Viejo.
A partir de ahí empiezan las cábalas sobre qué hizo Vasari con el fresco de Leonardo, que tenía problemas de conservación por la técnica utilizada para pintarlo, pero que muchos reprodujeron pues pudieron contemplarlo durante los años que estuvo la obra expuesta en esa sala del Palacio Viejo, en la que se reunía el Consejo Mayor de la República de Florencia.
Seracini obtuvo en 2007 la autorización del Gobierno italiano para proceder a la exploración de la pintura de Vasari sobre la batalla de Marciano en Val di Chiana, y guiado por una inscripción a 12 metros del suelo sospechó que la pared este de la sala, donde se encuentra el anterior cuadro, podía ocultar el fresco de Leonardo da Vinci.
En esa inscripción, un soldado florentino de la pintura de Vasari, mueve un estandarte con las palabras “Cerca trova” (“El que busca encuentra”), algo interpretado por el investigador como una pista que pudo dejar el arquitecto, quien, como admirador del trabajo de Leonardo, habría intentado conservar la obra del autor de la “Gioconda”.
Con un radar, el equipo de investigadores descubrió un espacio vacío entre la pintura de Vasari y el muro posterior, y mediante una sonda con microcámara, introducida a través de seis pequeños orificios en la pared falsa, una capa beige que sólo pudo ser pintada con pincel.
Además de los restos de pigmento negro y de la capa beige, se han localizado varios fragmentos de material rojo, que se pueden asociar a una laca de ese color, cuya presencia es muy improbable en la construcción de una pared normal.
El equipo de Seracini trabaja en esta investigación con el apoyo de National Geographic, la Universidad de San Diego y el Ayuntamiento de Florencia, entre otras instituciones
La investigación de esta obra maestra, que según algunos expertos era uno de las más significativas de Leonardo, es “una iniciativa importante” para la National Geographic Society, afirma en un comunicado divulgado en Italia el vicepresidente ejecutivo de esa sociedad, Terry García. (EFE)