“Es duro decirlo, no nos llegó ningún ‘spring breaker’. En Acapulco da pena decirlo pero cero spring breakers”. Lo anterior lo dijo hace unos cuantos días quien preside la Asociación Mexicana de Agencias de Viajes, Alfonso Abarca Rodríguez. Por cierto, don Alfonso también preside las agencias de viajes de Guerrero.
El lamento de don Alfonso es tardío. Hace tan solo unos cuantos años Acapulco era el destino favorito de los estudiantes preparatorianos de Estados Unidos para las sonadas vacaciones de primavera en México. Miles de ellos invadían, literalmente, la costera acapulqueña con sus bares, hoteles, playas y calles aledañas. Pero de repente se esfumaron. Las alertas por la violencia y la absoluta inacción de las autoridades locales terminaron por espantar a los escasos mil adolescentes que se ‘atrevieron’ a ir a Acapulco en 2011. Pero por lo dicho por Alfonso Abarca, de esos mil no regresó ninguno y es que para esta temporada 2012 el recuento de ‘spring brakers’ en el puerto es simplemente cero.
La cuestión es que no solo se esfumaron de Acapulco los estudiantes estadounidenses, también las empresas navieras que administran los cruceros que antaño llegaban al puerto con sus miles de turistas extranjeros a bordo, decidieron borrar a Acapulco de su oferta turística.
En enero solo llegaron 2 cruceros al puerto de Acapulco, de 214 que arribaron a los puertos mexicanos en ese mes. Hay que decir que la caída sostenida en el número de cruceros al país en los últimos años es para preocupar a cualquiera. En 2011 los arribos de cruceros cayeron 13% respecto de 2010, y en enero de este año la caída fue de 26% en términos anuales, lo que muestra, de alguna forma, que los puertos mexicanos han dejado de ser tan atractivos para las navieras y cruceros internacionales que navegan por el Pacífico y el Caribe Mexicano.
Pero el caso de Acapulco es particularmente dramático. El número de cruceros que arribó en enero pasado fue 86% menor que hace un año, y solo sobreviven dos vuelos internacionales directos de los 20 que regularmente aterrizaban en el Aeropuerto Internacional de Acapulco.
El otrora Acapulco de la época dorada tocó fondo. La violencia del narcotráfico en sus calles, la corrupción de sus autoridades municipales, la complacencia y ausencia de planes de desarrollo económico del gobierno estatal y la falta de atención del gobierno federal que se conformó con desarrollos como Cancún y la Riviera Maya, formaron un coctel que mató a la otrora gallina de los huevos de oro del turismo del Pacífico Mexicano.
Hace un par de semanas se anunció un proyecto en la que participarán grandes empresarios así como los gobiernos municipal y estatal para rescatar al viejo Acapulco a través de vialidades, corredores comerciales, remozamiento de edificios históricos, infraestructura de telecomunicaciones, museos y espacios ecológicos.
No lo sé pero me imagino que en todo este plan de rescate la seguridad pública y el reposicionamiento de la imagen de Acapulco están en los primeros lugares de la lista de pendientes urgentes. Como quiera, una iniciativa de rescate no puede esperar más para un Acapulco que hace ya tiempo tocó fondo y que merece ser atendido.
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