El aspirante a la Presidencia por el Movimiento Progresista, Andrés Manuel López Obrador, afirmó que de ganar los comicios de julio próximo respetará los contratos y concesiones que ha firmado Petróleos Mexicanos (Pemex).
Luego que asistió a un foro sobre propuestas energéticas, el perredista señaló que será respetuoso de la legalidad de esos acuerdos, por lo que no se van a cancelar ni revocar, aunque “ya no vamos a celebrar convenios con esas características”, porque se buscará que se beneficie al país.
En rueda de prensa, insistió en que “vamos a respetar contratos y concesiones, pero ni uno más con esas características, no se van a seguir entregando contratos como los de Chicontepec, o los que se otorgaron a Repsol para la explotación de gas en la Cuenca de Burgos”.
De acuerdo con el virtual candidato presidencial de la Izquierda, esos contratos no resisten una auditoría técnica administrativa, “son benéficos para las empresas extranjeras, pero muy mal negocio para México”.
Refirió que se ha avanzado mucho en la privatización de Pemex y con el cambio se pondrá un hasta aquí y se hará valer el Artículo 27 constitucional con mucho rigor, sin que se preste a malas interpretaciones.
En este sentido, López Obrador lamentó que no se haya terminado la Refinería de Tula, Hidalgo, y adelantó que si el voto ciudadano le favorece “a nosotros nos va a tocar iniciar esa refinería y terminarla”.
Durante la conferencia, el tabasqueño presentó a Adolfo Hellmund López como su propuesta para ocupar la Secretaría de Energía, en caso de ganar la Presidencia de la República.
El aspirante presidencial por los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Movimiento Ciudadano, expuso que en su proyecto prevé la construcción de cinco refinerías, que se ubicarían en Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Tabasco y Campeche.
Recordó que en México se compra la mitad de la gasolina que se consume en el país y el objetivo es dejar de adquirir gasolina y diesel en el extranjero, porque se destinan más de 26 mil millones de dólares para esos combustibles, que se pudieran generar en México y con ello crear fuentes de empleo.
Planteó que esa acción permitiría reducir el precio de los energéticos en beneficios de los consumidores y las empresas, “porque es cosa nada más de pensar cuánto cuesta traer cerca de 500 mil barriles diarios de gasolinas y diesel”.