El cuestionamiento sobre la mala reputación por la que están pasando las calificadoras de riesgos en todo el mundo no lo inhibe. “Aceptamos nuestros errores de hace 3 o 4 años”, dice pero inmediatamente ataja, “las críticas actuales son injustas, sino no nos estarían contratando más que antes”, señala quien encabeza en México a la mayor agencia de calificaciones de riesgos financieros en el orbe.

 

“Somos entidades que se nos critica fácilmente de muchas cosas” dice cuando se le pregunta si piensa que las autoridades financieras se justifican cuando dicen que son ellas las que les exigen mayores niveles de reservas internacionales. “Para nosotros no es un factor determinante. No podemos decirle a nadie cuál es un nivel apropiado de reservas”, responde a las declaraciones del gobernador del banco central, Agustín Carstens, quien en días pasados aseguró que las calificadoras exigen a México niveles de reservas comparadas con las de Brasil o China.

 

Herrera tampoco se inmuta cuando responde a la crítica del gobernador sobre la incompetencia de las calificadoras al no mejorar la nota de México por su crecimiento económico en un entorno global de desaceleración. “La economía (mexicana) no ha mostrado una tendencia sostenida de crecimiento. Si fuera una tendencia sostenida, tendría razón”, le contesta al gobernador.

 

Hace unos cuantos días la agencia ratificó la calificación de la deuda soberana de México, pese a las expectativas de las autoridades financieras de que Standard & Poor’s elevaría en un escalón la calificación de México, cuestión que se ha convertido en una obsesión en algunos sectores oficiales. La entrevista transcurre sobre ello.

 

¿Qué factores llevaron a mantener la calificación de deuda soberana a México?

 

México está pasando por un momento positivo, a diferencia de 2009 en el que todo iba en contra. Se bajó la calificación en diciembre de 2010 en un escalón con perspectiva estable, porque se vio un cambio en las variables económicas que lo ameritaba. Ahora, estructuralmente, no ha cambiado nada, México sigue con las ventajas que tiene y también con las fallas estructurales de las que siempre ha adolecido la calificación del país.

 

¿Qué factores impiden que México mejore su calificación?

 

Hay dos puntos fundamentales. Uno es la debilidad fiscal. De los 126 países que calificamos México está en penúltimo lugar en recaudación fiscal respecto del PIB, ése es un problema para México desde hace años. Es un aspecto que evita que México detone un mayor ritmo de crecimiento. A lo anterior se une el hecho de que México no está creciendo de acuerdo a su capacidad.

 

¿Ven a la elevada dependencia del petróleo como un factor que limita la mejoría en la calificación?

 

La debilidad de la recaudación no viene por tener mucho petróleo, sino que al tenerlo nuestra clase política no ha tomado las decisiones para fortalecer la recaudación fiscal.

 

¿Acaso no es demasiado severo decir que México, con 3% o 4% de crecimiento, tiene una debilidad de cara a la calificación en un entorno de bajo crecimiento mundial?

 

Si se compara a México con las economías asiáticas se ve que hay países que logran crecer a un mayor ritmo con mas o menos las mismas capacidades y limitaciones que las nuestras.

El gobernador del Banco de México ha dicho que las calificadoras están castigando la nota de México al no mejorar su calificación comparativa en materia de crecimiento económico.

 

Hay que ver si el crecimiento más dinámico que se ha visto, es un hecho aislado o una tendencia sostenida. Si se separa el factor externo que impactó a la economía mexicana, la economía no ha mostrado una tendencia sostenida de crecimiento dinámico mayor al 4%, incluso para este año se espera que se desacelere la economía. Si fuera una tendencia sostenida, tendría razón.

 

En su comunicado mencionan que la violencia relacionada con el narcotráfico seguirá elevada y “limitará un crecimiento más robusto”.  ¿Cómo incide en su análisis este factor de la violencia?

 

Obviamente la violencia tiene un impacto en la economía, aunque no podemos cuantificarlo. Lo que vemos es que esta ola de violencia sí distrae posibles inversiones al país.

 

¿Cómo incorporan este factor de violencia en su modelo?

 

Es un costo de oportunidad. Si no tuviéramos esa situación quizá estaríamos creciendo a un ritmo mayor. No estamos diciendo que para subir la calificación tiene que desaparecer la violencia, para nosotros la violencia no ha sido un factor determinante para la calificación. Sí es un negativo, pero no ha sido un factor determinante.

 

En la argumentación para mantener la calificación no se menciona a las reservas internacionales como factor para la calificación. ¿Qué papel juegan las reservas?

 

No es un elemento fundamental que mueva la calificación, aunque sí es algo que analizamos porque el país debe contar con un nivel de liquidez en dólares razonable para sus operaciones internacionales. No es un factor crítico, pero sí es algo a observar.

 

En sus conversaciones con las autoridades mexicanas, ¿les han planteado un nivel deseado de reservas para fines de la calificación?

 

Nosotros no podemos decir a nadie cuál es un nivel apropiado de reservas.

 

¿Acaso 150 mil millones de dólares no es un nivel razonable de reservas para un país como México?

 

Depende de las circunstancias. Rusia en 2008 tenía 600 mil millones de dólares en reservas y con la crisis perdieron 200 mil millones de dólares en un par de meses y luego tuvieron que comprometer otros 200 mil millones para apuntalar el sistema bancario. Es una pregunta difícil de contestar. Hay una percepción de mercado de que cuando se tienen más reservas se tiene un colchón para cubrir esas volatilidades temporales. En todo caso es una exigencia que impone el mercado y no necesariamente las calificadoras.

 

Las autoridades han dicho que la acumulación de reservas se justifica porque las calificadoras así lo exigen.

 

Nuestro foco está en la parte fiscal y en el crecimiento sostenido. Quizá se puede inferir algo así, pero para nosotros no es un factor determinante de calificación.

 

La inversión de cartera o especulativa que está llegando a México, ¿debe ser una preocupación para Standard & Poor’s?

 

Si algo vimos en México y en otros países en 2008 y 2009, es que ese dinero al menor síntoma de nerviosismo tiende a irse y nos complica la vida, a veces injustamente, por la liquidez que provee el mercado mexicano lo que facilita la salida de capitales, aunque después de dos o tres semanas regresan. La inversión de cartera da flexibilidad en el corto plazo pero tiene riesgos y retos de estrés que algunas economías no quisieran tenerlas.

 

¿Qué dice a las críticas del gobernador del Banco Central sobre el análisis pro cíclico que hacen las calificadoras y que ha afectado su credibilidad?   

 

No estoy de acuerdo en el énfasis de la ‘pro ciclicidad’ en el análisis de las calificadoras. ¿Por qué las calificadores siguen siendo muy buscadas por los inversionistas? Si realmente somos tan pro cíclicos los inversionistas nos dejarían de usar, y hoy nos usan más que hace 3 años. Cada uno debe hacer su propio análisis y nosotros no somos el reemplazo del análisis que debe hacer el inversionista.

 

En ese sentido, ¿piensa que el gobierno justifica sus propias decisiones al mencionar insistentemente que son las calificadoras quienes exigen más reservas internacionales?

 

Podría ser, somos entidades que se nos critica fácilmente de muchas cosas. Parece una justificación.