“A partir de la derrota del 2006, el líder de nuestro proyecto, surgido por la voluntad de miles mexicanos, se dedicó en cuerpo y alma a entregar al ex candidato presidencial de la izquierda todo lo logrado por nuestro movimiento ciudadano, desdibujando a nuestro partido y convertidos, por decisión de un solo hombre, en rehenes del autollamado Presidente Legítimo”.

 

Es la voz de Alfredo Tress Jiménez, quien fuera fundador y presidente de Convergencia en Veracruz (el bastión naranja), y abandonara sus filas para crear un nuevo partido: Alternativa Veracruzana, cuyo registro fue validado en noviembre pasado, llevándose consigo a muchos militantes decepcionados con Dante Delgado, el dirigente.

 

El cordobés lamentó en su momento la decisión tomada por el fundador de Convergencia, hoy llamado Movimiento Ciudadano, de entregarle a Andrés Manuel López Obrador casi todos los espacios de radio y televisión, y por “difuminar” el objetivo y la esencia del partido que fundaron en 1999.

 

Un cambio que llegaría al grado de cambiar sus estatutos y hasta el nombre que posicionaron durante más de diez años, decisión estratégicamente inexplicable, —a menos que tuviera como fin dar cabida a AMLO y su Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) si no lograba cabida en el PRD— cuando se encontraban a tan sólo un año de la elección presidencial.

 

La idea del cambio de nombre, de logo, de su estructura política (ahora el 50% de sus candidaturas deberán ser ocupadas por ciudadanos), comenzó a tomar forma luego del estrepitoso derrumbe de Dante Delgado en las elecciones para gobernador en Veracruz en 2010 (apenas si logró 200 mil votos), aunque el fundador de Convergencia niega que la caída electoral en su bastión haya influido en la decisión.

 

Según José Manuel del Río Virgen, ante el aplazamiento de las candidaturas ciudadanas hasta el 2015 por parte del PRI y el PAN, ellos ofrecieron a más de 150 organizaciones las candidaturas que estaban reclamando. “Nos dijeron que sí, pero que querían un partido eminentemente ciudadano”.

 

A decir de su fundador, “no le pedimos opinión ni a Andrés Manuel ni a (Marcelo) Ebrard, fue una decisión de adentro”. Pero en el momento que se comenzó a filtrar el cambio que se avecinaba, figuras importantes como el ex presidente nacional del partido Luis Maldonado Venegas, el ex secretario general Jesús Martínez Álvarez, así como el senador Francisco Xavier Berganza y su hermano José Ramón se dijeron “traicionados”, dejaron el color naranja y tomaron otros rumbos.

 

Pero ése no es el único desafío para el de Alvarado. Malquerido por el equipo cercano de López Obrador (con Marcelo Ebrard tiene problemas desde hace tiempo y Manuel Camacho no lo puede ni ver), tachado de “intruso” y “oportunista” por los “intelectuales” cercanos al tabasqueño; y detestado por los “Chuchos” (con Jesús Ortega estuvo a punto de llegar a los golpes y con Jesús Zambrano no la lleva bien), Delgado deberá abrirse paso con el solo apoyo del tabasqueño, de su propio talento político, y con lo que derive de lo que Movimiento Ciudadano pueda aportar en votos, financiamiento y prerrogativas.

 

Algunos de sus ex compañeros piensan que la apuesta política de Dante va en el sentido de que López Obrador gane la presidencia de la República y le dé una posición política importante en el partido que se formaría a partir de Morena.

 

El propio Delgado Rannauro, al preguntarle si Movimiento Ciudadano se integraría a Morena después de la elección, no rechazó la posibilidad: “Es cuestión de que lo valoremos”, respondió.

 

DEMANDAN A AMLO Y A SADA

 

Uno de los conflictos más severos que enfrenta el ex gobernador interino de Veracruz en este momento es la demanda que “por amenazas y el intento de intervención en los asuntos internos de Movimiento Ciudadano” interpuso en contra de López Obrador y del empresario Mauricio Sada Santos la dirigente estatal del partido en Nuevo León, Blanca Rocío Carranza Arriaga, con el apoyo de su operador Ernesto Cerda Serna.

 

Según narraron ambos personajes en enero pasado, luego de ratificar su denuncia, durante octubre Dante les comentó que se había abierto a empresarios del país la posibilidad de ser postulados como candidatos a cargos de elección popular sin pertenecer al partido. Entre ellos mencionó a Mauricio Sada.

 

Una tarde de noviembre, contaron, Sada fue a la sede del partido “y nos dijo que él quería participar, pero como era del PAN, de acuerdo con los estatutos de Movimiento Ciudadano, no podía participar en forma directa”.

 

El 5 de diciembre, habiendo ya renunciado al blanquiazul, Sada volvió y les dijo que el acuerdo alcanzado con López Obrador y Dante Delgado fue que de las siete posiciones de la comisión operativa, cinco serían para él. “Me aseguró —cuenta Cerda— que de la coordinadora ciudadana estatal, de los 50 puestos, 30 serían para él, y además me solicitó que le hiciera un listado de cuántas personas laboran en el Movimiento Ciudadano porque los reemplazaría por gente de él, en pocas palabras su intención era apoderarse de la agrupación”.

 

Además, “se autodesignó coordinador del Movimiento Ciudadano, solicitando la renuncia de Carranza, de conformidad con el acuerdo al que llegó con AMLO y Dante Delgado”, narró.

 

Le respondieron a Sada que su planteamiento estaba fuera de los estatutos y que en año electoral no se podía dar un cambio de la dirigencia. Preguntó si había posibilidades de llegar a un arreglo para respetar el acuerdo por el cual renunció a su militancia en el PAN. Le contestaron que no había ninguna. Entonces, según Cerda, Sada dijo: “o renuncian o se mueren”.

 

Ese fue el origen de la denuncia penal contra Sada y AMLO, además de que Carranza sometió a un procedimiento disciplinario a Dante “en caso de que sean ciertos los arreglos que hicieron con el empresario ex miembro del PAN”.

 

Es un ejemplo de lo que ocurre al interior. Otro caso notorio fue la lista de candidatos plurinominales en la que estaban anotados miembros de quienes integrarían el gabinete propuesto por López Obrador, como Agustín Ortiz Pinchetti y Claudia Sheinbaum; pero luego ellos rechazaron el ofrecimiento.

 

Al preguntarle a Dante si Movimiento Ciudadano fungía como alternativa para López Obrador, dado que el PRD le cerró la puerta a sus candidatos, el veracruzano respondió: “Ese es problema de valoración política que él debe tomar. ¡Desde antes debió haberla tomado!, pero en eso no me quiero meter”.

 

MANTENER EL REGISTRO

 

A pesar de los conflictos internos, de las defecciones, del cambio de nombre y logo al partido, al interior de Movimiento Ciudadano confían en que “no perderemos el registro”. Una de sus apuestas está precisamente en el logotipo con que aparecerán en la boleta electoral: el águila juarista usada por AMLO.

 

Otra, en los nombres de quienes postularán como candidatos, aunque hasta el momento son pocos los que destacan: el sonorense Alfonso Durazo, la campechana Layda Sansores, y el jalisciense Enrique Alfaro. La principal es la propia figura de López Obrador, que aparecerá como su candidato.

 

Lo erróneo o certero de la decisión se verá el próximo 1° de julio. Pero sea cual sea el resultado, su destino seguirá atado a la voluntad de López Obrador.