Cobertura 7.8 Richter: tiembla en la mitad del país
París.- Autoridades cortaron la energía eléctrica en el barrio donde se encuentra atrincherado desde hace más de 18 horas el presunto asesino de Toulouse, que admitió haber matado a siete personas, incluidos tres niños.
Mohamed Merah, de 23 años, se encuentra armado en su domicilio de Toulouse, situado en la primera planta de un edifico de cinco pisos de la calle Sergent Vigné, que ha sido evacuado y rodeado por efectivos de los cuerpos de elite de la policía francesa.
Los agentes creen que tratan con un individuo que no tiene instintos suicidas e intentan negociar su rendición para capturarle vivo, siguiendo las órdenes del jefe del Estado, Nicolas Sarkozy, que hoy volvió a desplazarse hasta Toulouse.
El supuesto asesino de tres militares galos, tres niños de confesión judía y el padre de dos de ellos en Toulouse y en la cercana Montauban, es un francés de origen argelino que según las autoridades judiciales había sido condenado por delitos comunes una quincena de veces por el Tribunal de menores de esa primera ciudad.
Se ha definido como un muyahidín miembro de la red terrorista Al Qaeda, organización de la que dijo que le ha encomendado atentar en Francia, y ha lamentado no haber tenido tiempo para cometer más crímenes.
Los próximos objetivos del tirador eran otro militar y dos policías de la aglomeración de Toulouse, según los investigadores, que detallaron que el sospechoso se jacta de actuar solo.
No obstante, la policía ha practicado varias detenciones en su entorno, entre las que destaca la de su hermano Abdelkader, que tenía un coche cargado de explosivos que se están analizando, y la madre de ambos.
Los investigadores, bajo la dirección del ministro del Interior, Claude Guéant, también analizan la cámara que supuestamente llevaba colgada del cuello al menos en algunos de sus crímenes y cuyas imágenes, según el presunto criminal, habrían sido difundidas por internet, un extremo no confirmado.
Además, se busca un automóvil Renault Clio que el sospechoso dijo haber alquilado y que podría contener explosivos como los que se le han incautado a su hermano, también vinculado a medios islamistas radicales.
Durante el largo atrincheramiento del supuesto criminal, el fiscal jefe de París, François Molins, desveló algunos detalles de la investigación y de las conversaciones que los agentes mantienen con el sospechoso.
Las últimas declaraciones de Guéant apuntan a que el joven, que ha ido posponiendo su anunciada entrega a las fuerzas de seguridad, planea entregarse esta noche.
La operación policial se inició esta madrugada, a las 02.00 GMT, cuando los agentes penetraron en el edificio y fueron recibidos a tiros. Tres efectivos resultaron heridos.
Horas antes, Merah había contactado a la televisión “France 24” para reivindicar sus actos, que dijo que responden a una venganza por el sufrimiento de los niños palestinos, en el caso de la matanza en un colegio judío, y a la presencia de fuerzas armadas francesas en Afganistán, en el caso de los militares.
Sus “cacerías” armadas estarían igualmente provocadas, según el fiscal, por la normativa gala sobre el uso del velo islámico.
El joven, que presume de haber “puesto a Francia de rodillas”, tiene según los investigadores un “perfil de autorradicalización salafista atípico”, que le llevó a efectuar dos viajes a Afganistán y Pakistán en los que se sospecha que pudo haber recibido entrenamiento en combate.
En el primero de esos desplazamientos fue parado en un control de de carretera por policías afganos y entregado al Ejército estadounidense, que lo envió de vuelta a Francia, y el segundo se vio interrumpido al cabo de dos meses al padecer un ataque de hepatitis A.
El sospechoso, que estaba en el punto de mira de la policía francesa por sus vínculos extremistas, trabajaba como mecánico en un taller de Toulouse y, pese a lo que afirmaron algunos medios de comunicación, los investigadores niegan que tratara de entrar en la Legión Extranjera en 2010.
EFE