En 1995, el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac, reconoció la responsabilidad de su país por la famosa redada del Vélodrome d’Hiver, vergonzoso episodio ocurrido en 1942, en el cual las autoridades de aquella nación cedieron a las órdenes de los nazis para segregar a más de 13,000 judíos franceses, recluyéndolos en las instalaciones del infame velódromo de Hiver, lugar donde se mantuvo por días a cientos de familias judías en condiciones de hambre, enfermedad e insalubridad extrema a causa de la falta de agua; todo ante la impasible mirada de la policía francesa que se limitaba a cumplir órdenes.

 

Lo anterior dio lugar a la filmación y estreno de dos cintas sobre el tema. La primera (estrenada en nuestro país en 2011) fue Elle s’appelait Sarah (La llave de Sarah, Brenner, 2010): una reportera, con meses de embarazo, comienza a tener dudas sobre si debe o no tener a su hijo a partir de una trágica historia sobre el Holocausto que está investigando.

 

Ahora toca el turno a Los niños de la esperanza, torpe y cursi título en español a La Rafle (La redada), cinta escrita y dirigida por Rose Bosch, directora de origen francés para quien apenas ésta es su segunda cinta.

 

Las películas sobre el Holocausto se han convertido, a base de repetición, en un género por si mismo. Usualmente chantajistas y sentimentaloides, este cine tiene como objetivos primordiales enternecer, horrorizar, indignar, hacer llorar. En ese orden La Rafle cumple a cabalidad con estos requisitos.

 

El inicio es casi provocador: imágenes de stock muestran a Hitler paseándose muy ufano por la torre Eiffel y el Arco del Triunfo en una Francia ocupada por sus tropas. Corte a Montmartre, idílico barrio donde varias familias judías viven como en cuento de hadas: los niños juegan felices, los adultos hablan mal del gobierno, los ancianos son afables y platican en el patio a la luz del sol. Mientras, la infamia se cocina en alguna obscura oficina de gobierno donde los alemanes instruyen a los franceses sobre qué hacer con “el problema judío”.

 

Arrancados de sus casas con lujo de violencia y enviados al Vélodrome d’Hiver, es ahí donde conocemos a Annete (Mélanie Laurent, la de Inglourious Basterds), aguerrida enfermera de la Cruz Roja y a David Sheinbaum (Jean Reno), eficaz y comprometido doctor judío. Ambos harán hasta lo imposible por mejorar las condiciones de los niños que serán enviados a campos de concentración lejos de sus padres.

 

La Rafle, cumple a cabalidad el ABC del cine del Holocausto: infantes que enternecen al público, militares insensibles, escenas desgarradoramente crueles y, mientras tanto, un Hitler que se la pasa en fiestas y bailes oficiales.

 

El maniqueísmo es absoluto, el simplismo abunda y el torrente de lágrimas será total rumbo al final, cuando los pocos sobrevivientes se rencuentren. La cinta fue un éxito en Francia, pero poco o nada tiene que decirnos a nosotros esta efectista y por demás tramposa película, tan parecida a tantas que hemos visto antes sobre el mismo tema.

 

Eso si, no olvide llevar sus pañuelos desechables, los va a necesitar.

 

La Rafle (Dir. Roselyne Bosch, 2010)

 

2 de 5 estrellas.

 

Dirección y Guión: Roselyne Bosch, Fotografía: David Ungaro, Dirección de Arte: Alexis McKenzie. Con: Jean Reno, Gad Elmaleh, Mélanie Laurent, entre otros.

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