El caso Florence Cassez quedó en suspenso y no hay una fecha exacta para que los ministros de la Primera Sala de la Suprema Corte discutan un nuevo proyecto para determinar si la ciudadana francesa quedará libre.

 

La Primera Sala del máximo tribunal desechó ayer el proyecto del ministro Arturo Zaldívar que proponía liberar a la acusada, quien purga una sentenciada de 60 años de prisión por el delito de secuestro.

 

Tras esta resolución, la ministro Olga Sánchez Cordero fue a quien se returnó el asunto. Ella comenzará desde cero, pues deberá elaborar un nuevo proyecto cuyo plazo no está establecido por la ley, aunque fuentes del Poder Judicial consideran que durante la segunda quincena de mayo podría enlistarse para ser discutido.

 

La decisión de desechar el proyecto de Zaldívar se llevó poco más de dos horas, en las que no logró alcanzar la mayoría de tres votos a favor.

 

Aproximadamente a las 12:08 horas el ministro José Ramón Cossío inició su discurso. La apertura de la sesión marcó el derrotero que seguiría el fallo, porque el ministro, al exponer su postura, se separó del proyecto en el punto de la sentencia.

 

Dijo que si bien estaba por conceder ese amparo, tenía diferencias con relación a la interpretación hecha en el proyecto; “estoy de acuerdo con la concesión del amparo, pero no en la inmediata y absoluta libertad de la quejosa”, aseguró.

 

Puntualizó que en su opinión, la sentencia no debería tomar en cuenta las ampliaciones de las declaraciones de las víctimas Cristina Ríos Valladares y de su hijo Christian, relativas al reconocimiento de Florence Cassez, con base en imágenes transmitidas por televisión, así como la totalidad de la primera declaración de la francesa, puesto que ella no contaba con la asistencia consular de su embajada.

 

Cossío Díaz propuso que en lugar de liberarla, se invalidara la sentencia dictada por el Séptimo Tribunal Colegiado de Distrito en materia penal, descartando los testimonios a los que se refirió.

 

En su turno, el ministro Guillermo Ortiz Mayagoitia, dijo estar en contra del proyecto, por considerar que era improcedente la revisión del amparo directo porque la Corte debe revisar cuestiones de constitucionalidad y en este caso el proyecto no lo contemplaba.

 

MP, mal parado

 

Quien adoptó al inicio una posición ambigua que terminó por ser adversa, fue Jorge Mario Pardo Rebolledo, quien al iniciar su argumentación dijo que si bien compartía la visión del proyecto respecto a que hubo violaciones a los derechos de la inculpada, difería de los alcances de la sentencia.

 

Argumentó que es condenable que se haya realizado una escenificación de los hechos que vició la realidad; sin embargo, anotó que ese montaje no fue parte toral en la sentencia de Cassez, ya que las autoridades tenían otros elementos para inculparla en el delito de secuestro.

 

Para el ministro, “sí debe haber una sanción a las violaciones procesales”, ya que el principio de buena fe ministerial “quedó muy mal parado”, pero éstas anomalías no corrompieron el proceso.

 

Pardo, quien no había planteado el sentido de su voto en su intervención en el debate, con voz apenas audible lanzó un “en contra” cuando el secretario de la Primera Sala tomó la votación.

 

Incluso su posición fue interpretada por el presidente de la Sala, Zaldívar, quien le cuestionó si votaba a favor de la existencia de violaciones constitucionales, pero no de acuerdo en los efectos propuestos en el proyecto. Pardo respondió que sí.

 

Al final, los que pidieron liberarla

 

Con los últimos turnos, Olga Sánchez Cordero y Arturo Zaldívar, el ponente, respaldaron en su totalidad la propuesta de fallo de que Cassez fuera puesta en libertad de forma inmediata, por considerar que hubo un juicio viciado y se le violentaron sus derechos humanos.

 

El primer apoyo total para el proyecto lo dio la ministro Olga Sánchez Cordero, quien coincidió en que en que Cassez debía ser liberada, porque se le vulneraron sus derechos humanos. Sostuvo que en el mismo, lo que estaba en juego era “el papel del Estado en la seguridad pública, de cómo trasciende ese papel y la incidencia de la afectación a los derechos”.

 

En su posicionamiento, el ministro ponente sostuvo que se ha caracterizado por “ser flexible y modificar sus proyectos”, pero en éste caso no estaba dispuesto a modificar los extremos del mismo.

 

Sesión “a reventar”

 

– 190 reporteros

– 20 de medios franceses

– 50 invitados, entre abogados, activistas, representantes de organismos civiles y víctimas