Benedicto XVI es el primer Papa que pisará Guanajuato, un estado protagonista de la gesta independentista mexicana y cargado de misticismo pues sobre sus tierras se escribió, en buena medida, la historia del catolicismo del país en el siglo pasado.
Ubicado en el centro de México, Guanajato también es el estado más católico de México al punto que su marco legal recoge algunos de los más férreos principios de la iglesia, como la prohibición del aborto y la protección de la vida desde la concepción.
“Guanajuato está que ni mandado a hacer (para la visita papal): es un estado muy conservador, ligado con la religión, muy católico”, dijo Lilian Briseño, directora de la Escuela de Ciencias Sociales y Humanidades del Tecnológico de Monterrey.
Para la Conferencia del Episcopado Mexicano, sin embargo, la visita de Benedicto XVI al lugar obedece, en primer lugar, a razones más prosaicas que simbólicas: la avanzada edad y estado de salud del Papa.
“La principal razón por la que se hace en Guanajuato es que la salud del Santo Padre exige un lugar que no tenga tanta altura sobre el nivel del mar, como la tiene ciudad de México”, dijo monseñor Víctor René Rodríguez, secretario general de la CEM.
León, la ciudad a la que llegará el Pontífice el 23 de marzo y en la que pasará tres noches antes de partir a Cuba, tiene una altitud de unos mil 800 metros sobre el nivel del mar, mientras que la capital mexicana está a 2 mil 240 metros. Juan Pablo II, visitó México en cinco ocasiones, incluida la capital, pero nunca estuvo en Guanajuato.
“Para proponerle a la Santa Sede el lugar, pensamos en una región del país donde antes no haya estado el Santo Padre”, agregó monseñor Rodríguez.
Sentido simbólico
Para Elio Masferrer, presidente de la Asociación Latinoamericana para el Estudio de las Religiones, es posible que la iglesia Católica haya pensado que en Guanajuato “van a poder controlar el panorama y que no van a tener manifestaciones de repudio al Papa”, dado su carácter conservador.
Monseñor Rodríguez también destacó que la visita tiene un “sentido simbólico”, a nivel patriótico y católico, pues en la memoria colectiva de los mexicanos está grabado que la lucha por la independencia de España inició allí en 1810 cuando el cura Miguel Hidalgo convocó al pueblo a alzarse en armas cargando un estandarte de la Virgen de Guadalupe.
Para las autoridades eclesiales el simbolismo también radica y se remonta a la primera mitad del siglo XX, cuando los fieles católicos se unieron a un movimiento que, según la iglesia, constituyó un ejemplo de una de las más grandes luchas por la defensa de la libertad religiosa.
Entre 1926 y 1929, en el país se libró la llamada Guerra Cristera: los católicos se levantaron en armas y enfrentaron a las fuerzas de un gobierno federal que impuso restricciones a su iglesia al prohibir las misas en público y las vestimentas sacerdotales. Las principales confrontaciones ocurrieron en la zona del centro del país conocida como El Bajío, a la que pertenece Guanajuato.
Miles de personas murieron y al paso de las décadas varios de los católicos que participaron en la cruenta guerra fueron considerados mártires. El papa Juan Pablo II canonizó en 2000 a 25 de ellos.
“(Guanajuato tiene) un sentido simbólico, puesto que al no estar (el Papa) en la Basílica de Guadalupe, que es el principal templo representativo de la identidad católica mexicana, en el bajío tenemos el monumento Cristo Rey en el cerro del Cubilete que expresa una identidad del pueblo mexicano que tiene toda una historia en relación con el testimonio de fe, de quienes lucharon por las libertades religiosas en su momento”, dijo Monseñor Rodríguez.
Con unas leyes restrictivas en materia de aborto, Guanajuato estuvo en los últimos años en el centro de las críticas al encarcelar a siete mujeres, que fueron condenadas a 29 años de cárcel por abortar. Luego de un intenso debate nacional, las mujeres fueron liberadas en 2010 tras aprobarse una reforma legal que les redujo la sentencia y les permitió salir de prisión.
Guanajuato es uno de los estados que contempla menos excepciones para no castigar el aborto: sólo cuando se trate de una violación o cuando sea por “imprudencia” de la madre; una cláusula general abierta a la interpretación.
Entre las mujeres liberadas en 2010 estaba Ana Rosa Padrón, quien relató a la prensa local que dos años atrás tuvo un aborto espontáneo pero fue obligada por las autoridades a firmar una declaración en la que confesaba haber asesinado a su hijo.
En términos porcentuales, 93,8% de los habitantes de Guanajuato son católicos. El estado es seguido muy de cerca por Zacatecas, al norte, con 93,5%.
Pero si bien México es el país de habla hispana con el mayor número de católicos en el mundo, al interior hay estados donde las realidades distan de parecerse a la de Guanajuato y, por consiguiente, de lo que esperaría la iglesia Católica como un lugar ideal de visita del Pontífice.
En México, además, hay estados donde se ha visto una importante caída del catolicismo ante la presencia cada vez mayor de iglesias protestantes y evangélicas como sucede en Chiapas, al sureste del país con un 58% de católicos, una de las tasas más bajas a nivel nacional, y dónde un 19,2% profesa alguna religión protestante o evangélica. (AP)
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