Decenas de peregrinos residentes en Estados Unidos, muchos de ellos cubanos, ha comenzado hoy a viajar a Cuba con la esperanza de escuchar al papa Benedicto XVI pronunciar un mensaje de fe y de esperanza, y participar en una visita que consideran histórica.
El primer vuelo con católicos despegó este sábado del aeropuerto internacional de Fort Lauderdale, al norte de Miami (Florida), rumbo a La Habana, con media hora de retraso.
“Esto es un momento histórico, el aniversario de nuestra señora de la Caridad, 400 años, y con todo lo que está pasando en Cuba es un punto para ir y ver qué es lo que está sucediendo”, ha comentado a Efe Andy Gómez, una de las cerca de 800 personas que en los próximos días viajarán a la isla expresamente para ver al papa.
Este catedrático del Instituto de Estudios Cubanos y Cubanoamericanos de la Universidad de Miami, que viajará el lunes, confía en que el papa diga “varias cosas en Cuba que ayudarán a la sociedad cubana a dar muchas esperanzas para cambios”.
Tras su visita a México, a donde llegó ayer, viernes, Benedicto XVI viajará del 26 al 28 de marzo a Cuba en una peregrinación de caridad que coincide con el Año Jubilar 2012 en ese país para festejar el IV Centenario del hallazgo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba.
Unos 500 peregrinos viajarán desde Estados Unidos en vuelos chárter operados por compañías autorizadas para volar a Cuba con regularidad.
Otras 302 personas lo harán en dos aviones fletados por la Archidiócesis de Miami, que saldrán el lunes del aeropuerto internacional de esta ciudad. El primero partirá a las 9.00 hora local (13.00 GMT) con 158 pasajeros y el segundo 30 minutos después con 144 personas.
“Decidí participar por razones espirituales. Soy católico practicante y cubanoamericano. Creo es un peregrinaje histórico y es un honor poder celebrar con el papa el 400 aniversario de la aparición de la virgen de la Caridad”, dijo a Efe John De León.
Este letrado, que partirá el lunes, aseveró que ir a la isla con este motivo es una “forma de mostrar solidaridad con los cristianos que están allá”.
“Es el primer viaje que hago a Cuba en nueve años y estoy con la expectativa de ver los cambios y la apertura que han ocurrido desde que Fidel Castro salió del poder por enfermedad”, reveló el también el presidente de la Unión de Libertades Civiles (ACLU) del condado de Miami-Dade.
Los peregrinos son de diversas nacionalidades, aunque predominan los cubanoamericanos que residen en Florida y en otros estados del país.
“No sé qué va a pasar en Cuba, pero estoy convencido de que se van a superar las expectativas”, dijo a Efe el ingeniero Octavio Montoto poco antes de partir hoy hacia su Cuba natal.
Para el empresario Carlos Saladrigas, la peregrinación le permitirá compartir un momento “muy especial en la historia de nuestro país con mis hermanos en Cuba”, donde el pontífice llevará un “mensaje de mucha esperanza, un mensaje que Cuba necesita”.
Saladrigas, presidente del Cuba Study Group, se opuso a la visita del papa Juan Pablo II en 1998, y ahora es un de los peregrinos que viajará el lunes en un avión fletado por la Archidiócesis de Miami.
Según explicó a Efe, tras el viaje de Juan Pablo II se dio cuenta de que la política de aislamiento y de negarle a Cuba la oportunidad de intercambiar con el mundo es “absurda, y sólo ayuda a los autoritarios, no al pueblo cubano”.
“Ese fue el comienzo de un proceso que me ayudó a reflexionar, al igual que a muchos en Miami, que una política que no ha funcionado durante 50 años debe cambiarse; que debemos buscar políticas que han resultado en transiciones muy buenas”, dijo.
El párroco de la iglesia San Lázaro de Hialeah (Miami), José Joaquín Espino, aseguró que la visita papal dejará huella en el pueblo cubano.
“Espero que lo que diga el papa ayude al pueblo cubano”, sobre todo porque sus palabras se transmitirán en cadena nacional de televisión a toda la isla caribeña.
El arzobispo de Miami, Thomas Wenski, que viajará el lunes, ha insistido en que el propósito de la visita del papa a Cuba es pastoral: para reafirmar la fe de los católicos de la isla.
“Es verdad que los cubanos de aquí y de allá desean más un cambio político, pero la visita de Benedicto XVI a Cuba no se espera que tenga un dejo político”, afirmó recientemente el religioso en un comunicado. EFE