La estela que dejó en México y en el mundo Juan Pablo II impide conocer a plenitud los rasgos del papa Benedicto XVI. Lo único que se conoce con certeza de él es su carencia de perfil mediático frente a un mundo hípermediatizado.

 

 

Primero Brasil y ahora México. No es el México que vio Juan Pablo II. En los ojos de Benedicto XVI se llevará a un país sumergido en una batalla contra el narcotráfico, y su cifra demencial de muertos, y una atmósfera religiosa corrompida por casos de abusos sexuales como los cometidos por Marcial Maciel, el guía espiritual y empresarial de los Legionarios de Cristo, agrupación religiosa afin a Juan Pablo II y, por muchos años, al propio Ratzinger cuando se desempeñaba como prefecto para la Congregación de la Doctrina de la Fe, entre los años 1982 y 2005.

 

 

A pesar de que en México se encuentren 94 millones de católicos, las nuevas cohortes demográficas son más críticas con el statuoquo y, por lo tanto, menos dogmáticas.

 

 

La competencia entre religiones se incrementa. Nuevas variantes del cristianismo han hecho descender la proporción de católicos. En estados como Chiapas y Tabasco, corrientes evangélicas provenientes de Brasil ven crecer el número de adeptos a costa del catolicismo.

 

 

De igual manera, habría que sumar que en la ciudad de México las leyes han tenido sustanciales modificaciones progresistas como son el reconocer la interrupción legal del embarazo, el matrimonio entre personas del mismo sexo y el derecho a las parejas homosexuales a adoptar niños; temáticas con las que no está de acuerdo el Vaticano.

 

 

Por otra parte, un ingrediente más se le agrega a la visita de Benedicto XVI: las campañas presidenciales están a la vuelta de la esquina. Opositores al gobierno del presidente Calderón han calificado a la visita papal como suspicaz en el entendido de que el PAN rentabilizará la visita.

 

 

2. En los diferendos ideológicos siempre se termina por acudir a la racionalidad para no distanciarse de la verdad. Algo diferente ocurre con la fe. Benedicto XVI, como en su momento le sucedió a Juan Pablo II, ha mantenido una discrepancia, al parecer irreconciliable con Hans Küng, un teólogo heterodoxo con el máximo de reconocimientos, a quien se le reconoce como el GuillermoTell del catolicismo.

 

 

Al llegar a la Universidad de Tubinga, Joseph Alois Ratzinger ya había logrado somatizar su forzada participación en las juventudes hitlerianas, lo hizo al concluir la monstruosa Segunda Guerra Mundial cuando de motupropio se desligó de los nazis para recluirse en la filosofía, la ciencia en la que las preguntas superan a las respuestas, y en la teología, donde confió a Dios la ruta de su vida.

 

 

En 1957 inició su paso por la academia como docente y dos años más tarde sería nombrado catedrático de la Universidad de Tubinga, lugar donde conoció a Hans Küng.

 

 

Desde su paso por la academia durante el período de Mayo del 68 se convirtió en acérrimo defensor de la fe frente al marxismo, el liberalismo y el ateísmo, posturas que marcarían profundamente sus rasgos conservadores.

 

 

Cuarenta años después, Küng ha cuestionado las inmutables convicciones de Benedicto XVI frente a una realidad, por ejemplo, ensimismada por la furia del sida en África o por la anemia de las ideologías políticas a raíz de la caída del Muro de Berlin. Para Küng, en los preservativos subyacen políticas públicas de salud mientras que, para Benedicto XVI, ellos detonan el dominio de la concupiscencia.

 

 

Desde que Küng escribió su tesis tituladaLaJustificación, que versó sobre el teólogo protestante Karl Barth, los dogmáticos no le han dejado de criticar. Escrita en 1957, fue elogiada por los sectores más progresistas pero también le valió la apertura de un archivo por parte del ala inquisidora del Vaticano. En aquel momento Joseph Alois Ratzinger lo felicitó. Fue el mejor momento de su amistad.

 

 

En febrero de 2009, Benedicto XVI levantó la excomunión a cuatro obispos antisemitas pertenecientes a la corriente integrista de Lefebvre. Küng enfureció: “un error de Gobierno del Vaticano, que supone un paso atrás en el entendimiento entre las tres religiones abrahamistas”. Nada nuevo en labios de este teólogo heterodoxo que no se cansa de repetir que “no habrá paz entre las naciones sin paz entre las religiones. Ni habrá paz entre las religiones sin diálogo entre las religiones”.

 

 

3. En relación al caso de pederastia por parte de Marcial Maciel, el ex legionario de Cristo Juan José Vaca, pidió una reunión con el papa Benedito XVI para solicitarle un perdón por los mencionados  delitos. Sin embargo, le fue negada por considerarla fuera de la agenda previamente planeada por el Sumo Pontífice.

 

 

Con respecto a esta temática se acaba de publicar un nuevo libro titulado:Lavoluntaddenosaber.LoqueseconocíasobreMacielenlosarchivossecretosdelVaticanodesde1944editado por Random House Mondadori cuyos autores son José Barba, Alberto Athié y Fernando González.

 

 

Han sido éstas y otras publicaciones como la del periodista Carlos Fazio ElejeWojtila-Ratzinger¿LaDictaduradelPapa?, las que han puesto sobre la mesa de discusión temáticas que ponen en evidencia las problemáticas en las que se encuentra inmerso el Vaticano.

 

 

Varias han sido las polémicas que se han desatado a partir de ciertas declaraciones realizadas por Ratzinger en torno a temáticas vinculadas con la sexualidad, como lo manifestó en el libro-entrevista Laluzdelmundo.ElPapa,laiglesiaylasseñalesdeltiempo.UnaconversaciónconelsantoPadreBenedictoXVI, del escritor Peter Seewald.

 

 

En este libro Benedicto XVI considera que en algunos casos el uso del preservativo está justificado, pero insiste en que no es  la “verdadera” manera para combatir el sida ya que es necesaria una “humanización de la sexualidad”.

 

 

“Pueden haber algunos casos justificados (del uso del condón) por ejemplo cuando una prostituta utiliza un profiláctico. Ello puede ser el primer paso hacia una moralización, un primer acto de responsabilidad, consciente de que no todo está permitido y no se puede hacer todo lo que uno quiere” afirmó.

 

 

En relación a las temáticas vinculadas con la homosexualidad Ratzinger ha manifestado que “las uniones entre homosexuales son nocivas para el recto desarrollo de la sociedad humana, sobre todo si su peso efectivo aumenta en el tejido social”.

 

 

Con respecto a la violencia y específicamente la que se vive en México, el Papa ha hecho el llamado “a fomentar programas efectivos que propicien la reconciliación y la fraternidad, incrementen la solidaridad y el cuidado del medio ambiente, vigorizando a la vez los esfuerzos para superar la miseria, el analfabetismo y la corrupción y erradicar toda injusticia, violencia, criminalidad, inseguridad ciudadana, narcotráfico y extorsión”.

 

Los dichos de Ratzinger

 

“El ateísmo moderno y el secularismo deshumanizante son las plagas de nuestro tiempo”.

“Los católicos deben estar atentos y vigilantes, porque existen fuerzas y grupos que quieren destruir la fe”.

“La homosexualidad es un desorden objetivo. La Iglesia debe acoger con respeto, compasión y delicadeza a las personas homosexuales, pero exigiéndoles que vivan en castidad”.

“El rock es la expresión de pasiones elementales, que en las grandes concentraciones musicales adoptaron caracteres culturales, es decir, de contraculto, de lo que se opone al culto cristiano”.

“Los regímenes comunistas que llegaron al poder en nombre de la liberación del pueblo son una vergüenza de nuestro tiempo”.

“El laicismo no puede ser una religión universal, porque es parcial y no responde a las preguntas del ser humano”.

“La razón no se salvará sin la fe, pero la fe sin la razón no será humana. Cuando el hombre se aparta de Dios, no es Dios quien le persigue, sino los ídolos”.

“La verdad no se determina mediante un voto de la mayoría”.

“Cuánta suciedad hay en la Iglesia y también entre aquellos que se deben entregar a la causa del sacerdocio y pertenecer completamente a ella. Cuánta soberbia, cuánta autosuficiencia”.

“Soy un humilde servidor en la viña del Señor”.