Recuperar el tema de la familia dentro de la agenda política se ha convertido en una prioridad en el discurso de Andrés Manuel López Obrador. Un asunto que sus adversarios en la contienda presidencial han dejado de lado y que intenta posicionar como parte del discurso de las izquierdas a través de su República Amorosa.
“¿Por qué dejar el tema de la familia a la derecha?”, cuestionó Andrés Manuel López Obrador durante su protesta como candidato presidencial del PRD.
“Vamos a abrir la discusión, el debate sobre este tema. Entre otras cosas, la izquierda tiene que ajustarse a las nuevas circunstancias. Ahora más que la carga ideológica, tenemos que tener un juicio práctico, ahora se necesitan las ideas”, agregó.
En las últimas semanas, contrario a lo que ocurrió en la precampaña, el tabasqueño hay dejado fotografiarse acompañado por su familia en eventos de carácter público con el fin de aparecer ante los medios como un hombre de familia. El pasado fin de semana, regresó al tema en una entrevista con el diario español El País.
Uno de los primeros indicios ocurrió el 12 de febrero pasado, cuando se difundió a través de Youtube una entrevista realizada por la cineasta Diana Cardozo, en la cual, López Obrador es retratado junto a su esposa Beatriz Gutiérrez Müller y su hijo menor, Jesús Ernesto.
Semanas más tarde dentro del mismo espacio, el dirigente de Morena reconoció que en ocasiones su familia le hace “motines emocionales” por el poco tiempo del que dispone debido a la exigencia de su trabajo como dirigente político.
“Familiarmente me siento muy tranquilo. Con poco tiempo, eso siempre, es el reclamo”, apuntó.
También habló acerca de cómo sus hijos mayores, José Ramón de 30 años, Andrés Manuel de 26 y Gonzalo de 20, quienes, lograron salir adelante a pesar del duro golpe que representó la muerte de Rocío Beltrán, su primera esposa y madre de sus hijos, ocurrida en 2003.
El tema de la familia volvió a aparecer durante su intervención en el Congreso para construir las bases de una república amorosa, realizado el pasado 21 de marzo en el Museo de la Ciudad de México, lugar donde apuntó que la solidaridad al interior de las familias mexicanas logró contener el estallido de violencia que vive actualmente el país, luego de 28 años de nulo crecimiento económico y políticas que favorecen el crecimiento de la desigualdad social.
“Por la crisis se han desintegrado muchas familias y muchos problemas se han originado precisamente por eso. Todo lo que ha sucedido en el caso de las ciudades fronterizas donde las mujeres por necesidad tienen que trabajar en maquiladoras. Mujeres solas, madres solteras que tienen que dejar a sus hijos en sus casas, prácticamente encerrados para ir a trabajar o los hijos que se van criando en la calle”, dijo.
“No hay tutela y en nada en la vida hay vacíos, siempre se llenan. Si no se tiene la tutela del padre y la madre, los jóvenes tienen la tutela del jefe de la pandilla, de la calle y ahí van tomando el camino de las conductas antisociales”, agregó.
De ahí la importancia de que la izquierda recupere el tema de la familia como una de sus causas, según explica el filosofo Enrique Dussel, uno de los principales teóricos detrás de la República Amorosa.
“Nuestra familia pobre y sufrida es la que aguanta el país, que es capaz de vivir con un salario mínimo porque hay una solidaridad infinita. Si no fuera por la familia popular, México no existe, pero hemos dejado que la pequeña burguesía hable de estos temas virtuosos en el sentido tradicional y nos olvidamos de la solidaridad que hace posible la vida en la pobreza, que es fundamental”, explica Dussel.
Aunque otros intelectuales cercanos al tabasqueño, como la escritora Laura Esquivel, consideran que el discurso de López Obrador va más allá de una simple estrategia electoral, también reconocen la importancia que tendrán las familias para que el mensaje del tabasqueño pueda permear a diversos sectores sociales.
“El tejido social se va formando a partir de pequeños centros que son la familia, de ahí su importancia en cualquier sociedad, pues es a partir de ahí donde se configuran los pensamientos alrededor de los cuales me aglutino y repito. Esto se crea en el mundo que voy creando y la manera en que me relaciono con los demás. Debemos empezar a revisar desde ahí para después extender hacia todos los demás”, señaló la autora de Como agua para chocolate.