Emilio Azcárraga Jean, dueño de Televisa, ofreció públicamente el jueves pasado dos asuntos concretos a través de un artículo publicado en la versión digital del Wall Street Journal:
1. No se opondrá legalmente a las subastas de nuevas frecuencias en televisión, e
2. Implementará ‘candados’ a su operación de compra del 50% de Iusacell evitando los potenciales actos de colusión en mercados que el organismo antimonopolios señaló en su negativa para autorizar la operación.
El momento en el que se da el pronunciamiento público de Azcárraga Jean no es casual sobre un tema crucial para el futuro del negocio de Televisa y crítico para descifrar el nudo gordiano en el que se ha convertido el sector de las telecomunicaciones y de la televisión en México.
Por lo menos tres factores mueven ahora a Azcárraga a plantear su ‘oferta’:
1. La decisión del Presidente Calderón de impulsar con todo la televisión digital terrestre. Después de lo anunciado por el Presidente Calderón sobre la mayor cobertura de la televisión pública con Canal 11 del IPN, todo indica que Presidente impulsará hasta el final de su mandato el proyecto de TDT, a pesar de la fuerte oposición y trabas que ha enfrentado en el Congreso -especialmente al no otorgar los subsidios que se requiere- desde legisladores considerados cercanos a las televisoras.
En la reunión que llevará a cabo el pleno de la Cofetel el próximo miércoles 28 de marzo se abordará el asunto de la televisión digital terrestre con una amplia expectativa de que avance por lo menos en sus aspectos sustantivos. Esta señal desde Los Pinos ha sido clave para la propuesta que ha planteado Emilio Azcárraga.
2. El empresario Carlos Slim es un jugador continental en el mercado de las telecomunicaciones a través de América Móvil y su reciente anuncio sobre el lanzamiento de Ora.TV vía internet en el que aglutina a grandes personalidades de la televisión estadounidense como Larry King, muestra que, al margen del momento en el que reciba la autorización del gobierno para transmitir vídeo por sus redes, seguirá construyendo y adquiriendo infraestructura para producir contenido televisivo competitivo. Azcárraga sabe que más temprano que tarde Slim estará en el mercado de la televisión en México a través de su poderosa red de telecomunicaciones y para cuando llegue ese momento él quiere ya estar compitiendo con sus señales a través de las redes de internet y de la banda ancha móvil. No hacerlo así sería un suicido futuro para Televisa que estaría condenada a la producción televisiva pero sin el poder de las redes de distribución digitales.
3. La presión de la opinión pública local e internacional y los obligados tiempos políticos hacen casi imposible mantener un discurso a favor del ‘statuo quo’ de las empresas dominantes en telecomunicaciones y televisión, y mucho menos salvaguardar la imagen de Televisa o Telmex a pesar de las millonarias inversiones en programas de ‘responsabilidad social’. Difícilmente quien llegue a la presidencia de la República a partir del 1 de diciembre, incluyendo al priísta Peña Nieto, podrá sostener el ‘stauo quo’ sin consecuencias negativas para el presidente y su gobierno. Azcárraga lo sabe y reta a Slim a abrirse a la competencia.
Si bien en la ‘oferta’ de Azcárraga el diablo está en los detalles -comenzando por los ‘candados’ que ofrecerá a Cofeco para que autorice su operación con Iusacell- bien valdría la pena tomarle la palabra y plantear condiciones de competencia de mercado en serio; porque a Televisa le urge entrar a la telefonía móvil.
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